La universidad debe adaptarse a una realidad social en cambio permanente y, por consiguiente, ha de ser capaz de generar cambios estructurales y operativos en sus formas de enseñanza y gestión. En este sentido, cada vez más las universidades se preocupan de acoger, orientar y atender a sus estudiantes, facilitándoles la transición desde los estudios de educación secundaria, proporcionándoles orientación y ayuda mientras cursan sus estudios y también soporte en su transición al mundo laboral. Todas estas intervenciones refuerzan la centralidad del estudiante y del proceso de enseñanza – aprendizaje como motores de la actividad universitaria en el actual proceso de convergencia europea.
La transición hacia la universidad forma parte de un proceso de crecimiento personal y académico, de superación de una serie de obstáculos y de alcance de nuevos retos, siendo una gran ocasión para que el estudiante demuestre su capacidad de adaptación a nuevos contextos. La transición supone el paso de una situación que se domina y en la que la persona está adaptada, a otra en la que abundan las inseguridades, las incógnitas y donde los marcos de referencia no se conocen o no se tienen del todo claros.
Desde la óptica de los protagonistas (estudiantes, docentes, responsables institucionales, de centros y facultades) el estudio de campo realizado, por el grupo de Tutoría Universitaria de la UAB, busca descubrir las percepciones y valoraciones que tienen los actores principales de las acciones de promoción y acogida que la UAB les ofrece para favorecer una transición gradual hacia la universidad.