Empieza el curso, y no es, admitámoslo, un momento plácido. Algunos acumulan nervios hasta no poder dormir (¿qué chavales me tocarán? ¿Tendré una tutoría? ¿Qué me propongo este año?…) por ilusión….o por inquietud.
Abróchense los cinturones porque empieza la montaña rusa. Una tormenta de emociones, ideas, frustraciones, alegrías, tensiones, e ilusiones. Éxitos mediocres y magníficos fracasos. Soberanas palizas de realidad humana. Toda una tormenta, en medio de la cual, hallar resquicios para la reflexión y la pedagogía no es tarea fácil. Alguien podría decir “en el fragor de la batalla”. No es una batalla. Pero fragor, haylo. Y hermanos de armas.
Algo que puede resultar difícil de entender desde el exterior de los centros educativos, pero que intento plasmar en el artículo que Cuadernos de Pedagogía tiene la amabilidad de publicarme este mes de septiembre en la columna “Entre los Umpa Wampa”, con acompañamiento, esta vez, de Dire Straits.
Columna “Entre los Umpa Wampa” en Cuadernos de Pedagogía, septiembre 2014
Escenas de brainstorming educativo: epopeya, tragicomedia, soliloquio y oda.
- En la sala de profes. Epopeya.
A ver…60 céntimos el café, Clinc, clinc…-nota mental, reservar sala de ordenadores (el 4 va cojo de batería), y reservar los autobuses para la excursión, me faltan por recoger tres permisos paternos, menos el de Carlos, que …¿me lo dio ayer en el patio?, y el de Sara, que no va a llegar nunca, a ver si luego tengo una guardia tranquila y puedo llamar a su madre y a los del Museo, antes de que lleguen los padres de Farigh a la reunión de seguimiento disciplinario…¿presentó el trabajo? ¡Las fotocopias! ¡Tengo que hacer las fotocopias de la comunicación de incidencias para que me las firmen! Bueno, ya sale el café. Sí que es lenta esa máquina. –María, a ver si luego me cuentas la idea esa de trabajar en paralelo este texto de divulgación, ok?
En la reunión de equipo docente. Tragicomedia.
–A ver, me falta la adaptación curricular de Arnaldo. Hay que rellenar el documento, poniendo cruces para indicar cómo lo hacemos.
–Yo no sé cómo lo hago. En fin, hago lo que puedo con él.
–¿Pero le pones tareas distintas?
–Sí, algunas veces.
-Bueno, pues tienes que poner la cruz en “Tareas adaptadas”. Y si le haces exámenes distintos, marcas “Pruebas y exámenes adaptados”.
–Es que no sé si le está yendo muy bien así. ¿Vosotros cómo lo hacéis? ¿Tenéis alguna actividad aquí, para que vea?
–Bueno, tú pon lo que tú haces.
En el bus de la excursión. Soliloquio.
Buff. Esto es a lo que los profesores acabamos llamando brainstorming. Una tormenta, pero no de ideas, sino de tareas. Autorizaciones, papeleo disciplinario, derechos de imagen, documentos y memorias que escribimos (o copiamos-pegamos) solo porque “hay que tenerlos”. Y es ese, y no otro, el escenario de la innovación educativa, que raramente se da rellenando un cuadro sinóptico de despliegue de objetivos. Es sobre un fondo de ruido emotivo, a veces visceral, que se desarrollan actividades e iniciativas didácticas. Alguien podría decir “en el fragor de la batalla”. No es una batalla. Pero fragor, haylo. Y hermanos de armas.
Dire Straits: Brothers in arms. Oda.
“Through these fields of destruction
Baptisms of fire
I’ve witnessed your suffering
as the battle raged higher
And though they did hurt me so bad
In the fear and alarm
You did not desert me
My brothers in arms.”
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