Publicado con el título: “La fugacidad de las políticas, la inercia de las prácticas. La educación y las tecnologías de la información y la comunicación“. de Juana M. Sancho Gil y Cristian Alonso Cano (coord).

Partiendo de una breve revisión histórica de los diferentes programas de incorporación de las nuevas tecnologías a la educación en España, el libro recorre estudios de caso actuales de varios centros educativos catalanes, en los que los autores analizan, a través de entrevistas, visitas de aula y análisis de documentos, las percepciones y los usos didácticos de las TIC a nivel de centro y a nivel individual de los equipos directivos, el profesorado y el alumnado.

Las prácticas de aplicación TIC observadas son comentadas, distinguiendo entre aquellas que reproducen en formato digital planteamientos didácticos caducos y aquellas en las que las TIC son una solución adecuada a los retos de un nuevo planteamiento pedagógico.

El texto pretende poner de relieve el desencuentro, repetido en varios planes de implantación de las TIC, entre lo que desde la institución se dice que se promueve (un cambio pedagógico), lo que las acciones promueven realmente (el uso de las TIC como herramienta educativa) y lo que el profesorado finalmente pretende (la competencia TIC del alumnado). Este desencuentro se manifiesta en centros con insuficiente dotación de equipos, coordinadores TIC saturados por los aspectos puramente técnicos, proyectos de implantación TIC sin plan TAC de centro, o cursos de formación sobre TIC-pero no sobre sus posibilidades didácticas.

A través de las voces de los docentes entrevistados, se reclama un mayor apoyo en el componente metodológico, propiciando el intercambio de experiencias entre el profesorado, o modificando aspectos organizativos que limitan el cambio pedagógico, como la fragmentación curricular en materias, los agrupamientos del alumnado o la distribución física en el aula.

Los autores reflexionan sobre la desafortunada visión de las TIC como algo a introducir añadido a un sistema preexistente, en lugar de crear un nuevo sistema, con nuevas necesidades pedagógicas (de comunicación, de construcción del conocimiento, de acceso a múltiples formatos de información) en el que las TIC serían la mejor solución.

De hecho, afirman los autores, en los últimos años, la sucesión de planes de implantación de las TIC se ha acelerado y ha respondido más a impulsos políticos y económicos desde fuera y desde arriba que a impulsos pedagógicos desde abajo y desde dentro. El texto constituye un toque de atención a proyectos como el Educat 2.0: cuidado con repetir errores de sus antecesores, esto es, centrar la atención en el aparataje y las tecno-chuches y esperar que el cambio metodológico se derive por sí solo a partir del cambio tecnológico.

El libro resultará de especial interés para responsables de programas educativos o formación de profesorado que quieran obtener una visión franca de qué sucede realmente en las aulas y qué partes del mensaje TIC llegan a los que deben aplicarlo. Aunque en la discusión sería de agradecer disponer más ejemplos de “brotes verdes” o referentes exitosos de aplicación de programas TIC (nacionales o extranjeros) que imitar, el texto cumple eficazmente con el objetivo de ofrecer un panorama real de paisajes TIC que ayuda a entender los posicionamientos y necesidades de los docentes y el alumnado.

Esta recensión fue publicada en Cuadernos de Pedagogía, (2012) 428, 119