Fons, V. (2019). Passadís que condueix a la sala de dissecció. [Fotografia]. Hospital Clínic, Barcelona.

Ritual descrito y analizado por Enric Sirvent & Virginia Fons (2022).

Sala de disección de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona, Catalunya.

Resumen>

Este ritual ilustra el proceso de aprendizaje de los estudiantes de Medicina de la Universidad de Barcelona y de Fisioterapia de la Escuela Gimbernat adscrita a la Universitat Autònoma de Barcelona, durante su primer día de práctica anatómica en la sala de disección. A través de una investigación etnográfica desarrollada durante siete cursos académicos (2005-2012), se ha profundizado en la comprensión de lo que sucede en la sala de disección y en las nuevas formas de entender y concebir el cuerpo cuando los estudiantes entran por primera vez.

Categorías descriptivas>

Corporalidad, disección, anatomía, formación médica, sentidos.

Descripción etnográfica>

[Para más información, consultar el artículo: Sirvent, E. & Fons, V. (2022). Exploración de lo humano en la sala de disección. AIBR: Revista de Antropología Iberoamericana, 17(1), 89-115]. https://ddd.uab.cat/pub/artpub/2022/283750/aibr_a2023v17n1p89.pdf

La propia vivencia sensorial y emotiva debe ser entendida como un ritual de iniciación, al convertir al estudiante de medicina o de fisioterapia en un iniciado. En el proceso intenso de aprendizaje en la sala de disección, fragmentado en tiempos, se producen quiebras conceptuales hacia el descubrimiento de una nueva noción de sujeto anatómico.

En una primera visita a la sala de disección de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, a las ocho de la mañana, los estudiantes se sitúan en el pasillo frente a la puerta de la sala. Los rostros reflejan la emoción de enfrentarse, por primera vez, a su objeto de estudio. Se percibe un gran interés ante esta actividad docente, pero se advierte también una mezcla de miedo y curiosidad.

A las ocho, se abre la puerta y aparece un profesor de anatomía invitando a todos a tomar asiento. Este es el momento en que los estudiantes pasan el umbral de la puerta de la sala de disección, les sorprende un fuerte olor irreconocible de entrada y descubren con asombro las piezas anatómicas en seco.

Mientras que el brazo esquelético y media cabeza se conceptualizan como piezas de estudio al estilo de las láminas de anatomía, las zonas donde se visualizaban la piel, el ojo o las uñas se identifican con una persona, provocando el desconcierto del grupo. (Sirvent & Fons, 2022)

Pasados unos minutos, mientras los estudiantes escuchan las explicaciones del profesor, van alejándose paulatinamente de su concepción adquirida a lo largo de los años y agenciándose una nueva. Entonces, el profesor les invita a tocar directamente las piezas –después de haberlas mostrado con sus manos. En un principio, nadie quiere hacerlo. Pero, lentamente, algún estudiante se anima. Finalmente, se observa cómo en una mesa, el cráneo pasa de mano en mano y se intercambia por una vértebra cervical aislada. La extrañeza y el estupor inicial van dando paso a una curiosidad extrema por la profundidad anatómica y a un interés por conocer lo anatómico.

Algunos empiezan a inspeccionar lo oculto por curiosidad. En una mesa, se pasa de sujetar la pieza de la mano, el codo o el hombro, a separar con los dedos las estructuras superficiales para observar las más profundas. En este punto, el silencio inicial da paso a un gran murmullo con comentarios sobre el color de las piezas, sobre la textura y sobre la distribución de las partes. De manera inesperada, las partes expuestas como piezas de un cuerpo sin vida ya no sorprenden. La tensión del primer momento se volatiliza para dejar paso a las bromas, lejos de la mirada del profesor.

La sesión sigue con las explicaciones del profesor relacionadas con el descubrimiento de la profundidad anatómica, siempre atomizada. Es a través del descubrimiento de esta profundidad que, poco a poco, se va articulando el concepto de sujeto anatómico.

Secuencia ritual>

Análisis ritual>

Este ritual, que tiene lugar en la sala de disección anatómica de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona, inicia a los estudiantes (de Medicina de la Universidad de Barcelona y de Fisioterapia de la Escuela Gimbernat adscrita a la Universitat Autònoma de Barcelona) en la práctica anatómica. A lo largo del proceso ritual, los participantes descubrirán una nueva manera de concebir el cuerpo humano, produciéndose auténticas quiebras en su modo de pensar. La comprensión de lo humano, después de haber pasado el umbral que los conduce a la sala de disección, no será la misma. De aquí que la estructura ritual esté muy bien articulada para propiciar esta experiencia intensa de aprendizaje.

Como acostumbra a suceder en los rituales de paso, y en este caso el de iniciación, la estructura ritual es siempre tripartita. Está diseñada de manera que la persona se separe de su estatus anterior, colocándose en una situación liminal, sin estatus, para adquirir uno nuevo. La fórmula puede resumirse de la siguiente manera:

Tiempo 1 / Tiempo 2 / Tiempo 3

Separación de su viejo estatus / Sin estatus / Agregación con su nuevo estatus

El ritual en la sala de disección sigue esta misma estructura, de manera que la experiencia conjuga estas 3 discontinuidades en el tiempo:

Un primer tiempo, en el pasillo y antes de pasar el umbral de la sala de disección, está gobernado por el imaginario del estudiante y su nerviosismo.

El periodo liminal (Tiempos 2, 3, 4) es complejo, porque una vez pasado el umbral, su comprensión de lo humano se va resquebrajando con solo ver las piezas anatómicas secas, un cuerpo fragmentado y diseminado por las mesas que componen la sala, impregnada de un fuerte olor a formol. La experiencia se intensifica en el momento de togar e indagar en la profundidad anatómica a lo largo de este tiempo liminal, su entendimiento está en creación constante, se está construyendo. Y son muy especialmente los sentidos (ver, oler, tocar y observar) los que provocan las quiebras en el pensamiento y guían la experiencia.

Tiempo 2. Ver el cuerpo fragmentado provoca la quiebra sobre el dominio de la noción de lo humano. También impacta el fuerte olor de la sala, a formol.

Tiempo 3. Tocar las piezas anatómicas induce a pasar de la noción de lo humano a una noción más anatómica del cuerpo, en el que la pieza anatómica se convierte en objeto de estudio. Incluso, el olor insustancial de la pieza sorprende.

Tiempo 4. Observar la profundidad anatómica permite adquirir la noción de sujeto anatómico. En este momento, la pieza anatómica ya no adquiere tanta relevancia. Lo fundamental es el descubrimiento de la idea de sujeto o de cuerpo anatómico que hay que comprender y luego curar.

Cuando finaliza esta primera visita a la sala de disección (Tiempo 5), el estudiante ya se ha convertido en un iniciado, al adquirir una nueva visión del cuerpo humano que guiará su futuro aprendizaje como estudiante en el Grado de Medicina o de Fisioterapia. Por consiguiente, la importancia de esta experiencia en la sala de disección reside en:

Articular una noción de cuerpo anatómico o resignificar una representación de cuerpo desde una perspectiva biomédica. Una ruptura que llega a través de los sentidos. Además, las explicaciones biomédicas regidas por el paradigma anatómico-fisiológico promueven que el cuerpo se vaya despersonalizando.

Abrir un campo de experimentación. En la sala de disección se cultiva la ética y el discernimiento. Realizando acciones concretas (ver hacer, tocar, observar), guiadas por los sentidos, pueden empezar a discernir la profundidad anatómica. Los estudiantes pasan de un interés por una apariencia sensible, relacionada con la parte exterior del cuerpo, a otra, también sensible, centrada en lo anatómico, abierta a todo un campo de experimentación.

Descubrir un campo de sensibilidad humana. El propio campo de experimentación posee una potencia suficiente para exponer y transformar la sensibilidad del estudiante. La disección resulta ser uno de los primeros pasos en el compromiso emocional de un futuro médico con el paciente, en el desarrollo de una ética de la vida y de la forma humana. El cadáver, por tanto, no puede se objetivado como una “cosa”, sino comprendido como un “sujeto” anatómico.

Bibliografía>

Sirvent, E., & Fons, V. (2022). Exploración de lo humano en la sala de disección. AIBR: Revista de Antropología Iberoamericana, 17(1), 89-115. https://ddd.uab.cat/pub/artpub/2022/283750/aibr_a2023v17n1p89.pdf

Miguel, M., Porta, N., Ortiz, J. C., Martinez, A., & Götzens, V. (2007). Anatomía Humana: estudio de las reacciones de los estudiantes de primero de medicina ante la sala de disección. Educación médica, 10(2): 105-113. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1575-18132007000300007

Última actualització d'aquesta pàgina: 6 novembre 2025