Anfibios

En esta clase encontramos a los animales vertebrados, generalmente terrestres, que habitan en regiones húmedas cercanas a masas de agua dulce. Esta proximidad a las masas de agua es fundamental por varios motivos:

• Piel desnuda: Tienen la piel desnuda, lo que los hace propensos a deshidratarse en ambientes secos. Aunque esto puede parecer una desventaja, les aporta beneficios como la respiración cutánea y la secreción de compuestos defensivos contra depredadores.
• Metamorfosis: Experimentan una metamorfosis al pasar de la fase juvenil a la adulta. En la fase juvenil, se desplazan con aletas y tienen respiración branquial. Al llegar a la adultez, desarrollan patas y, generalmente, respiran mediante pulmones.
• Reproducción: Su reproducción está vinculada al agua. Son organismos con sexos separados y ponen huevos sin cáscara. La ausencia de cáscara sería un problema en ambientes secos, ya que el embrión se deshidrataría. Por ello, la fase juvenil ocurre en el medio acuático, y los adultos pueden desplazarse al medio terrestre.

Su aparato digestivo comienza con una boca grande, equipada con dientes muy pequeños y una lengua grande y flexible. Esto les permite ingerir presas enteras sin fragmentarlas. La estructura del sistema digestivo es similar a la humana, pero finaliza en una cloaca, que recoge los residuos digestivos, urinarios y reproductivos.

Poseen un sistema circulatorio doble y cerrado, con un corazón tricameral compuesto por dos aurículas y un ventrículo. Esta configuración permite que existan vasos sanguíneos que capten oxígeno tanto de los pulmones como, en menor medida, de la piel.

Los anfibios son ectotermos, lo que significa que no pueden regular su temperatura corporal. Por ello, su temperatura suele ser similar a la del ambiente en el que viven.