¿Hablar en femenino es una moda que ha llegado para quedarse? ¿Se trata de una cuestión social o más bien es un acto más que se suma a la ola feminista que va inundando todas las esferas sociales?
Tal y como se puede observar en la imagen, a pesar de tener un Gobierno formado por más mujeres que hombres, no se puede hablar de consejo de ministras, persiste el genérico masculino en la lengua castellana. Así pues, si bien es cierto que los miembros de las destacadas altas esferas lingüísticas y literarias que forman parte de Academias no destacan por ser los más rápidos en acomodar los cambios lingüísticos sociales a su normativa, sorprendentemente, y tras un ejercicio de 1º de la ESO, hemos descubierto, alumnado y docente, que hay nuevos femeninos ya preparados para ser empleados. De este modo, se ha creado una situación metalingüística de análisis sincrónico de la lengua, sin que los propios alumnos sean conscientes, puesto que los comentarios que derivaron de dicho ejercicio permitieron el debate sobre el estado de la lengua, la funcionalidad que le dan sus hablantes y la evolución de la que forman parte. Veamos qué ejercicio es y qué sustantivos formaban parte de él.
En 1º de ESO se introduce la nomenclatura morfológica, así como su ortografía. En concreto, este alumnado lleva todo el curso practicando el análisis morfológico en ejercicios concretos. Intentan identificar el sustantivo y clasificarlo. Además, se les ha inculcado el uso continuado de diccionarios, especialmente electrónicos, puesto que “no saber una palabra no los exime de la realización de un ejercicio y de un aprendizaje autónomo” , tal y como les ha recordado la docente clase tras clase. Hasta este punto todo es correcto, ¿qué puede salir “mal”? Pero llega el día de la corrección y la clase de Lengua castellana y literatura tradicional de análisis morfológico y ortografía se transforma en un debate lingüístico sobre la adaptación de la lengua a sus usuarios, sobre el estudio de “algo” vivo, que en nuestro caso es la LENGUA.
Las palabras que sobresalen fueron: piloto, concejal. Piensen un segundo en cuál es su femenino, ¿lo tienen? Pues, según la docente y la corrección oficial del libro (que ya sabemos que no tiene que ser tomada al pie de la letra), claramente eran “la piloto” y “la concejal”, pero resulta que, por un lado, se acepta concejala como “Miembro femenino de una corporación municipal”. Términos que definían a la “mujer o esposa de” han adquirido ya el valor de la profesión, por lo que es un gran paso en cuestión de género reflejado en la lengua castellana, como médica, regenta, entre otros.
Por otro lado, y más sorprendente, está el caso de piloto/a, “la pilota del coche de carreras salió disparada”. Por extraña que parezca la oración, sí, es una propuesta que en 2020 se ha aceptado en nuestra Academia.
El siguiente artículo, publicado por la misma RAE, expone el uso minoritario pero existente de pilota como femenino singular del término piloto. Respalda su aparición como sustantivo de dos terminaciones en el uso social:
El femenino pilota, de reciente aparición y aún muy minoritario en el uso, va un paso más allá, pues convierte la palabra piloto, hasta ahora común en cuanto al género, en un sustantivo de dos terminaciones, una para el masculino (piloto) y otra para el femenino (pilota). En realidad, más allá de la extrañeza que pueda causar la novedad de pilota, no hay razones para censurar su empleo, pues resulta de aplicar la pauta general de los sustantivos que designan seres sexuados cuyo masculino acaba en -o, que forman el femenino sustituyendo esa -o por una -a (como bombero/bombera, médico/médica, físico/física, etc.), pauta que tiene muy pocas excepciones (modelo, testigo).
Esta corrección proporcionó una breve pero enriquecedora charla, e incluso debate, sobre cómo los hablantes tendrían que mirar, analizar y emplear la lengua. Algunas de las conclusiones a las que llegué a través del alumnado fueron:
- Aquello que aparece publicado en una fuente oficial es norma, norma sagrada para ellos y ellas: “si aparece en la RAE, pilota es correcto, entonces en el examen no nos lo marcarás como error, ¿no?” comentan los alumnos. Que entiendan la flexibilidad de la lengua se convierte en todo un desafío en el aula.
- En 1º de ESO es posible hablar de lengua y fomentar debates que les motiven a tomar la lengua como objeto o instrumento de observación y análisis. Lanzar cuestiones como esta les permite cuestionar y extraer sus propias conclusiones.
- A todos los ejercicios, por fáciles que parezcan, se les tiene que poner la lupa, para que, en caso de sorpresa, seamos capaces de ir actualizando los conocimientos del docente y en consecuencia el alumnado.
- Si aparece un reto como el planteado, no hay que cortarlo por miedo a equivocarse como docente o por no tener suficientes recursos en el momento. Es importante tomarse el tiempo para pensar, investigar, contrastar… En definitiva, estar abierto/a a observar tanto individual como conjuntamente, docente y alumnado, un mismo problema o duda.
- Análisis diacrónico y sincrónico de la lengua es posible, de forma adaptada, en todas las facetas de la ESO. Algunos alumnos comentaron el interés por saber si en lengua catalana también se plantean este cambio, así como el significado que adquiere la palabra pilota como objeto esférico empleado para el juego, entre otros. Las conexiones entre ambas lenguas son tan importantes.
- La mayoría de los estudiantes, reconocen que les es extraño usar la pilota de aviones, pero que es un gran paso para mejorar la cuestión de género de la lengua. En especial, algunas alumnas mostraron su interés por buscar otros ejemplos que están pendientes de cambio .
Marta Cristóbal
Referencias:
https://www.rae.es/espanol-al-dia/el-femenino-de-piloto-es-la-piloto-o-la-pilota
https://verne.elpais.com/verne/2019/03/18/articulo/1552902519_086128.html