Mi estimada vecindad:
otra vez el basurero,
sonriente y placentero,
os felicita el día de Navidad.
 
Qué de cosas os diría,
relativas a mi oficio,
de mi esmerado servicio,
de mi probada hidalguía.
 
No; sólo a deciros vengo,
que el Dios que bajó del cielo,
rellene el ardiente anhelo
que de vuestra dicha tengo.
 
¡Oh, si mi hermana trompeta
tan mágico son tuviera,
que con sus ondas os trajera
una Navidad completa!

 

Panfleto Laetus es un bellísimo blog, en el que he encontrado esta imagen de una felicitación navideña del basureo, que fecha en 1952.  En la misma entrada, también transcribe el texto de la felicitación.

Todavía somos muchos los que recordamos como, cada año, al acercarse la Navidad, basureros, carteros, barrenderos, faroleros, vigilantes, y otros, iban puerta por puerta pidiendo un aguinaldo a cambio de estas postales. La costumbre se mantuvo hasta los años 70 y desapareció por diferentes motivos, tanto relacionados con los cambios profesionales y sociales en general, como porque comenzaron a proliferar los avispados que iban casa por casa haciéndose pasar por lo que no eran para conseguir algunas propinas.  

Fijaos especialmente en que el carro del basurero todavía lo tiraban animales, en la vestimenta de las mujeres y en la representación navideña, que ya asocia figuras religiosas y fiesta a través de los alimentos de “lujo”. El texto es toda una idealización de las relaciones sociales (“estimada vecindad”), con alusiones religiosas y a la Navidad-felicidad. En fin, los tópicos que en buena medida se siguen manteniendo.   

Podéis encontrar bastantes imágenes en la red que reproducen estas estampas. Un sitio curioso y que contiene unas cuantas es Foro Postal, página no oficial de los empleados postales, que, evidentemente, reproduce imágenes relacionadas con su oficio.

Aquí acabo esta serie de comentarios navideños, aunque el tema da para mucho más y para no acabar. Pero esta página exige otros temas interesantes y los turrones volverán a llegar dentro de un año. Por ahora, feliz año a todos. Que la fuerza me acompañe para seguir con este blog hasta entonces.