En un rincón sucio y feo de la ciudad, la televisión se iguala a otras basuras. Entre escombros de la vida cotidiana, la fábrica de sueños, la fuente de información, de las emociones, de los debates, de la democracia…, no es más que un residuo incorrectamente reciclado. Quedarán en la memoria los momentos de atención prestada a ficciones, novedades y hazañas. Por lo demás, telebasura, literalmente telebasura.
Foto tomada en Prades (Francia) este pasado mes de agosto de 2012.