Alba Díaz y Helena Ledesma son las autoras de un libro desgarrador, que no se puede leer sin tensión y sin detenerse a cada momento para deshacer el nudo de dolorosa emoción que hay que ir conteniendo.
He dicho autoras, y es bien cierto que lo son, pero comparten autoría, puesto que el libro recoge las últimas cartas que enviaron 24 condenados a muerte por el franquismo a sus personas más queridas. Se inicia con la que escribió Manuel Carrasco i Formiguera, fechada en Burgos el 4 de abril de 1938, y termina con las de Salvador Puig Antic, fechadas el 1 de marzo de 1974. 36 años las separan, ocupados por un mismo régimen que, como queda claro, no varió un ápice ni sus métodos ni su indignidad.
Las autoras han entrevistado a los familiares, que les han desvelado sus recuerdos y que generosamente les han entregado esos documentos personales, tan intensos, que nos acercan al drama que sufrieron tanto los condenados como sus familias y compañeros. Dramas de los que fue y es más que difícil pasar página.
Así termina la carta que Josep Pujadas Mir envió a su mujer pocas horas antes de morir: Hasta el último instante os acompañará el pensamiento de mi cariño. Si leéis este libro, tampoco podréis olvidarlos.
Alba Díaz y Helena Ledesma. Cartes de condemnats a mort pel franquisme. Cossetània Edicions.