Hasta el 21 de octubre, tenéis tiempo de ir al MACBA a ver la exposición retrospectiva dedicada a Luís Claramunt, que recomiendo sin dudar porque a mí me ha entusiasmado.
Luís Claramunt nació en Barcelona en 1951 y murió en el 2000, así que durante 40 años compartimos un mundo, el microcosmos de una ciudad, pero no he sabido nada de él hasta ahora. Con toda seguridad (o eso quiero creer) nos debimos cruzar en alguna plaza, en un bar, un cine o en el metro, y en algún momento oiría hablar o leería alguna cosa sobre él, pero no presté suficiente atención.
Los artistas contemporáneos nos dan la oportunidad de contemplar su evolución, la sintonía de la creación con los acontecimientos de una época que compartimos y que interpretan para nosotros con sus trabajos. Así que haber vivido en el mismo tiempo y lugar sin llegar a conocerlo y, años después, admirar su obra es haber perdido la oportunidad de disfrutar de ese proceso creativo que enriquece a autor y espectador.
Qué vamos a hacer, vivir en un mismo tiempo no es vivir las mismas cosas, ni aun viviéndolas hacerlo de igual manera. Si ahora podéis disfrutar de la exposición, no os la perdáis.