El estudio de los paisajes antiguos, es decir, el estudio de las sociedades antiguas en su contexto histórico y territorial, es una disciplina que ha tenido un gran desarrollo en los últimos cuarenta años, gracias en buena parte a la eclosión de la llamada “Arqueología del Paisaje”. Así, más allá de valorar el contexto geográfico como un marco donde se desarrollaron las sociedades antiguas, debe entenderse que el territorio, sus recursos y las formas de explotación asociadas, constituyen un elemento clave en la propia génesis y evolución de cualquier sociedad. No existe sociedad histórica fuera de su propio marco territorial y de la relación dialéctica que con él se establece. En otras palabras, el paisaje antiguo es el resultado de la proyección sobre el territorio de una sociedad histórica concreta, con sus formas sociales, políticas y económicas específicas. Por ello, más allá de las pautas comunes que caracterizan los territorios de época romana, en muchas áreas es posible identificar formas particulares, específicas, donde estas relaciones sociales de producción se plasman de manera precisa y genuina.
Éste es el objetivo principal de nuestro proyecto, analizar la diversidad de formas territoriales que generó la presencia romana en toda la Península Ibérica, así como poner en valor y difundir los restos arqueológicos y patrimoniales que de estos paisajes se han preservado.