En trabajos recientes, Abebe (2019) nos invita a reconceptualizar la agencia infantil en dos sentidos: en primer lugar, propone comprender la agencia infantil como continuum, lo que implica además de concebir la agencia como parcial y contextual que también es un flujo que “se sitúa en las prácticas y acciones que transforman tanto las vidas inmediatas como futuras de los niños. (…) la agencia está siendo permanentemente negociada entre niños, familias y comunidades, mientras navegan por tensiones entre los intereses personales y colectivos” (Abebe, 2019: 8); y en segundo lugar, considera que es preciso interpretar la agencia infantil como interdependiente.