Barcelona desde Nou Barris; fotografía que ilustra el fantástico trabajo de Manuel Rivas El prodigio de Nou Barris, en elpais.com. 

La historia de los suburbios de las ciudades tampoco queda registrada en las informaciones para viajeros. Historia escondida, arrepentida. Nuestros antepasados construyeron lo que hoy nos parecen maravillosos barrios antiguos pero ocultamos nuestro pasado reciente a los visitantes porque estropea el modelo idealizado en que queremos vernos. Los barrios periféricos muestran la marginalidad y el presente desde otra óptica, la de las realidades sociales que construyen y mantienen cada día el esplendor de los centros a costa de protagonizar otras vidas en otros lugares, residencias para quienes trabajan con la fuerza de sus manos y manchan de sudor las ropas de trabajo. 

La historia de los barrios periféricos solo es mostrada, explicada, circunstancialmente,  en esos mismos lugares y por los propios protagonistas, orgullosos de sus luchas, de sus vidas, de sus reivindicaciones. En general, a los que los diseñaron o amasaron sus fortunas con las construcciones que los pueblan no les interesan esos movimientos sociales. Efectos colaterales del progreso, en frase a la moda.

Los barrios altos tampoco aparecen en las guías turísticas. Aunque sus habitantes se sienten muy orgullosos de vivir en ellos. ¿Será porque no quieren ser molestados por las oleadas de turistas o porque es mejor no explicar las innombrables operaciones urbanísticas en que tantas veces se gestaron sus comunidades? 

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