Lluís Permanyer  sabe mantener en sus escritos el difícil equilibrio entre erudición y entretenimiento que le ha hecho popular y hasta inevitable en los medios cuando el tema tiene que ver con el pasado, presente o futuro de la ciudad de Barcelona. Muestra también una gran sensibilidad y preocupación por la manera en que afectan los cambios urbanos a la vida de los ciudadanos y nunca deja de dar su sincera opinión que, lógicamente, unas veces compartimos y otras no.

Esta sinceridad en los planteamientos y las opiniones (en épocas de interesada corrección que lleva a la autocensura más descarada por parte de medios y personas)  es el aspecto que más me ha interesado de  L’eixample. 150 anys d’història, un libro magníficamente editado por Viena Edicions y el Ayuntamiento de Barcelona, que en realidad es una puesta al día aumentada con nuevas imágenes.

 

Barcelona, confluencia Paseo de Gracia-Plaza Cataluña; hacia 1930. Fotografía de Josep Maria Sagarra y Pau Lluís Torrents

Vale la pena hojearlo, para contemplar algunas espléndidas fotografías, pero el texto, ágil y cuidado a la vez, no es solo una historia del ensanche barcelonés, sino también una descripción cruda de los intereses especulativos y personales que dirigieron la aplicación del plan Cerdà del que ahora tanto se enorgullece la ciudad. Es de agradecer que a un texto publicado por el mismo ayuntamiento y conmemorativo de los hechos no le hayan constreñido subordinaciones institucionales, merito que hay que anotar al autor. 

Deseando estoy ya por leer su último trabajo, un retrato de la burguesía barcelonesa entre los siglos XIX y XX que incluye fotografías que los propios protagonistas han aportado de sus álbumes familiares. A ver si encuentro la oportunidad,  cae pronto y lo podemos comentar (El esplendor de la Barcelona burguesa. Angle Editorial)     

   

Familia con niñera en el Paseo de Gracia de Barcelona, diciembre de 1911. Fotografía de Frederic Ballell.