Nos pasamos el invierno viendo y comentando los informativos, esas series que tanto nos enganchan (con sus misterios y secretos siempre a punto de ser revelados… en el próximo capítulo), los incontables partidos definitivos… Y de pronto… Verano verano: ¡apaga la tele, vive tu vida!
Tomé esta fotografía el pasado mes de agosto en Valparaíso (Chile). Esas dos viejas televisiones, en el patio de una casa, son ya un símbolo de la ciudad, reproducido en postales, camisetas o cualquier otro típico souvenir para turistas.
El eslogan es bueno, muy bueno, pero como casi todas las grandes frases solo muestra una parte de la verdad. La otra cara es que la televisión, bien utilizada, es una poderosa herramienta de enseñanza y para la democracia. Y también, cómo no, proporciona banal entretenimiento. Quizás demasiado para tan largo invierno.