Azora I

In nomine Dei, miseratoris, misericordis.

(1) Laus Deo, Domino creaturarum, (2) miseratori, misericordi, (3) regi diei iudicii. (4) Tibi seruiemus, tuamque opem implorabimus. (5) Dirige nos uia recta, (6) uia eorum quibus tu gratiosus fuisti, (7) absque ira iis, non autem improbis.

Tomado de la edición crítica editada por O. de la Cruz Palma, La traducción latina del Corán atribuida al Patriarca de Constantinopla Cirilo Lúcaris, CSIC, col. “Nueva Roma” nº26, 2006.

 

NOTAS SOBRE CIRILO LÚCARIS Y LA RELACIÓN CON SU ÉPOCA

En el libro citado La traducción latina del Corán…, ofrecemos la edición crítica de la traducción latina del Corán atribuida, -aunque con argumentos más bien débiles-, al Patriarca de Constantinopla Cirilo Lúcaris (cargo que ocupó en siete ocasiones entre 1612 y 1638). Dos son los testimonios conservados: el ms. Cod. 4º Ms. Theol. 57 de la Landesbibliothek und Murhardsche Bibliothek der Stadt Kassel (ms. K) y un codex descriptus, el Cod. C 199 (App. 122) de la Zentralbibliothek Zürich (ms. Z). Precisamente es la portada de este segundo testimonio el que aporta la evidencia más plausible de la atribución, al mencionar (en castellano clásico) que fue “traduzido por l’obra del Reverendissimo Patriarca de Constantinopoli Cyrillo”.
Los rasgos diplomáticos y lingüísticos apuntan a una traducción elaborada en el ámbito académico (quizás más bien para el estudio del árabe que para la polémica antiislámica). El texto no es completo: tras quedar interrumpido en la azora 30, 8, salta hasta la 94 en adelante (omitiendo la 100). En el salto, aparecen de forma caótica repeticiones de los lugares ya traducidos, ahora con amplificaciones que indican la lectura de comentarios coránicos. Nuestra edición ofrece un orden textual, separando la versión latina del Corán de lo que consideramos repeticiones y comentarios (llamados aquí fragmenta iterata). Este desorden apoya la hipótesis de que el texto sería un borrador de trabajo, incompleto, aunque en busca de una traducción ajustada a las palabras y el sentido del texto árabe original. Ciertamente su calidad, en tanto traducción, resulta excelente. Supone, en fin, una prueba privilegiada del estadio de los estudios de orientalística que se iniciaban en Europa y, por lo tanto, de los intereses del Humanismo tardío por el mundo islámico.
Teniendo en cuenta la presencia del controvertido Patriarca de Constantinopla, que estableció estrechas relaciones diplomáticas con el mundo protestante al tiempo que sufría las críticas del mundo católico, esta traducción latina ahonda en la documentación para el estudio de las relaciones internacionales en torno a la paz de Westfalia (1638): el donante del ms. Z es un residente de la reina de Suecia, quien, en 1643, dedica ¡en castellano! esta versión latina del Corán atribuida al Patriarca de Constantinopla a la biblioteca pública de Zúrich.

 

Nota sobre Cirilo Lúcaris y el contexto de relaciones internacionales

Ante el poder turco, la Europa católica y protestante del s.XVI continuó los intentos de aproximación al Islam, intentos que habían sido objetivamente alentados desde el s. XV -cf. v.gr., Nicolás de Cusa-, aunque pretendidos sinceramente por la tradición franciscana -cf. v.gr. Ramon Llull y Riccoldo de Montecroce-. Recordemos solamente dos nombres: el ilustre helenista Martin Crusius, quien desde Tübingen, demostró condescendencia con el mundo del Islam al elaborar su ingente Turcograecia, y Felipe Melanchthon, cuyos escritos realizados también desde Tübingen suponen un buen ejemplo de entendimiento entre reforma y ortodoxia.

En el levante mediterráneo, también la ortodoxia bizantina mantiene posturas de aproximación con el Islam, en continuación con los intentos experimentados desde antes de la caída de Constantinopla: la Historia turco-bizantina de Ducas [1], Manuel II Palaeologus (emperador entre 1391-1425), con su Dialogus cum Mahumetano [2], o bien el atribuido Manuelis Palaeologi cum Persa quodam dialogi sex et uiginti [3]. Jorge Escolario (Genadio), el primer Patriarca de Constantinopla nombrado por el Sultán Mehmed II, para el que no faltan palabras de elogio en más de una ocasión . Jorge Ameruzes de Trebisonda (s.XV), que llegó a ser gran logotheta del Sultán Mehmed II y escribió un Dialogus de Fide [4], en el que contrasta en conversación con el Sultán las diferencias de dogma entre el cristianismo y el islam. Y así, en la misma línea, Constantino Láscaris , Jorge de Trebisonda , Jorge Chalcoconyla Atheniensis (XV-XVI) , y otros.

Bajo el dominio turco, Constantinopla mantuvo el privilegio de la cátedra principal de la Iglesia ortodoxa de Oriente. Desaparecido ya el emperador bizantino, el patriarca de Constantinopla hacía las funciones de “etnarca”, traducción literal del turco ‘jefe del Rüm millet‘ o ‘nación romana (bizantina)’ [5]. El patriarca de Constantinopla tenía sus privilegios garantizados por el nombramiento del propio sultán, y se convertía en superior de los demás patriarcados orientales. Tenía derechos como los de administrar el patrimonio que le pertencía, decretar impuestos o de impartir justicia sobre los cristianos del territorio turco. Con este poder, el patriarca de Constantinopla asimiló los modos del desaparecido emperador de bizancio: el símbolo de la mitra en forma de corona, cabellos largos, águilas como insignia de su autoridad y otros símbolos imperiales [6].
La iglesia ortodoxa en territorio turco, pues, se convirtió en el medio de contacto directo con las demás iglesias del entorno (la católica y la protestante del norte de Europa), así como en el centro más destacado de formación para los cristianos que permanecían allí.
Desde las diferencias que se evidenciaron en el Concilio de Ferrara-Florencia (1438-1439) y con las condiciones que consiguió mantener la Iglesia ortodoxa (no sólo en territorio turco, sino también en Rusia, Bulgaria, Servia et al.) el diálogo con el catolicismo del Oeste se hizo difícil. Sin embargo, los reformistas luteranos y calvinistas establecieron nuevos contactos con los ortodoxos, de los que surgieron algunos puntos de conciliación que no fueron posibles con los católicos. Por ejemplo, el cardenal Felipe Melanchthon logró entre los años 1573-1581 una intensa correspondencia desde Tübingen (Alemania) con el Patriarca Jeremías II (1572-1595) que supone un cierto entendimiento entre reformistas y la Iglesia tradicional del Este.
Sin embargo, desde principios dell siglo XVII la relación entre la iglesia ortodoxa y el sultán otomano variaron. La corrupción de los funcionarios turcos propició la especulación en los nombramientos del Patriarca, ya que se manipularon los impuestos (kharadj) [7] sobre la Sublime Puerta en cada nombramientro patriarcal. En este caso, los embajadores de Francia y Austria pujaban por influir sobre el nombramiento de un candidato procatólico, mientras que los de Inglaterra y Alemania por uno filoprotestante. Precisamente Cirilo Lúcaris representa un buen ejemplo de esta situación, ya que llegó a ser nombrado siete veces patriarca de Constantinopla [8].

El nombre de Lúcaris suena imbricado en las complicadas relaciones diplomáticas (tanto políticas como religiosas) que debaten su influencia sobre Polonia. Como es sabido, las potencias europeas, organizadas en ejes, encontraban en las afinidades religiosas (latinos o católicos, ortodoxos, protestantes) alianzas militares y políticas sobre sus dominios. Pues si en 1599, en Vilna (Lituania), el principe Ostrogski firmó una alianza con los protestantes [9], con la que Lúcaris estaría de acuerdo, con esta decisión se mantenían abiertas las viejas heridas unionistas (entre latinos y ortodoxos) ahora con el agravante de la influencia protestante. La declaración de Ostrogski no era tanto la de adoptar el luteranismo, como la de buscar un frente común (entre protestantes y ortodoxos) contra la corriente unionista de los latinos. Lúcaris, ya como archimandrita y exarca no dejará de favorecer estas aproximaciones entre ortodoxos y reformados.

Constantino Lúcaris, quien tomará el nombre de Cirilo I (Kyrillos Loukaris) con motivo de su nombramiento como Patriarca de Alejandría en 1602. Nace el 13 de noviembre de 1572 en Candía (Creta) , en aquellos años en manos de los venecianos. Inició sus estudios en la misma isla, en la escuela de Meletio Blastos y siendo todavía muy joven continuó su formación en Venecia. Continuó los estudios superiores en Padua. Lúcaris, que tendría el griego como lengua propia, aprendió con la soltura de un humanista el latín y el italiano, lenguas en las que se expresaba elegantemente en la correspondencia que se nos ha conservado, y en la cual demuestra que sabía también francés y, quizás, árabe [10].
Lúcaris abandonó Padua para dirigirse a Constantinopla por el llamamiento de su protector Meletio Pegas (que vivió entre 1549-1601), entonces Patriarca de Alejandría. En 1594 se hizo sacerdote, dando inicio a su ascendente carrera eclesiástica: en 1595, al año siguiente, adquirió la dignidad de sincelo (canciller) patriarcal de Alejandría; en 1596, encargado de una misión diplomática en Polonia, se convierte en rector de la Academia de Vilna (actualmente Vilnius, en Lituania).

En las circunstancias de la política polaca (enfrentamiento entre reformistas y católicos por la influencia en la zona) Lúcaris fue acusado de calvinismo [11], de manera que comienza a promover desde 1601 una Profesión de fe (Confessio fidei), que acabaría siendo editada en varios países y traducido a varias lenguas a partir de 1629. Este opúsculo, compuesto de 18 puntos, es el texto más conocido y comentado en la bibliografía sobre Lúcaris.
En el mismo año 1601, Lúcaris deja Polonia y se dirige hacia el Levante mediterráneo. Es entonces cuando conoce en Creta a Cornelio Van Haga, embajador holandés ante la Sublime Puerta, quien llega a ser un amigo personal de Lúcaris y con quien establece no sólo una abundante correspondencia, sino también proyectos de difusión de las reformas que Lúcaris gesta en su Profesión de fe.

En 1602, al morir Meletios Pegas, Lúcaris se convierte por primera vez en el Patriarca de Alejandría. Ocupó esta silla durante 18 años. Sin embargo, mientras tanto, en 1612 fue simultáneamente patriarca de Constantinopla por un mes, ya que Neofito II fue depuesto y exiliado a Rodas por acusaciones de nepotismo. A éste le sucedió Timoteo II, hasta 1620.
En 1616 envía a la Universidad de Oxford a su discípulo Metrofano Critopoulos [12], confiado a la tutoría del arzobispo de Canterbury, George Abbot. Este alumno suyo también será un punto de apoyo importante para la difusión de sus reformas en occidente. Desde esta fecha, Lúcaris establece correspondencia con dignatarios ingleses, casi siempre con el signo del protestantismo.

En 1620, por la muerte de Timoteo II, Cirilo Lúcaris cambió el patriarcado que ostentaba en Alejandría por el de Constantinopla. Era la segunda vez que recibía este nombramiento, que fue posible por el apoyo de Holanda e Inglaterra, pero con la oposición de Francia, Austria y Venecia, que sabían de la tendencia protestante de este candidato. Sutiles gestiones diplomáticas consiguen poner en el trono ecuménico de Constantinopla a Antimo en 1623, provocando que Lúcaris se retirase al monte Atos.

El tercer nombramiento como patriarca de Constantinopla se dio en 1630. Tres años antes, en 1627, Lúcaris había intentado imprimir su Profesión de Fe, pero la destrucción de la imprenta de Nicomedes Metaxas le hizo abandonar este proyecto [13]. Finalmente pudo publicarse en 1629 en Genève (Suiza) gracias a la acción de sus amigos Antonio Leger y Cornelio de Haga [14]. El libro tuvo importantes repercusiones, porque consiguió reactivar los apoyos de los diplomáticos calvinistas (especialmente el alemán Rodolfo Schmid) que consiguieron reponerle en el patriarcado de Constantinopla en mayo de 1630. Este tercer nombramiento duró tan solo unos días. El jesuita Cirilo de Berrhée aprovechó el sínodo de junio del mismo año para negociar su ascenso al patriarcado, que fue conseguido pero sólo futilmente, ya que duró 7 días, tras de los cuales volvió Lúcaris a ocupar el trono.

Entre 1630 y 1634 Lúcaris alcanzó dos veces más la dignidad patriarcal de Constantinopla. Los diversos frentes de influencia crearon una auténtica puja ante la Sublime Puerta por situar a su candidato en el patriarcado. Cirilo Lúcaris consiguió la suma más alta de dinero y fue repuesto por sexta vez en el trono de Constantinopla en 1634. Sin embargo, en 1635 Rodolfo Schmid supera la cantidad pagada y consigue entonces su patriarcado sobre la capital. Las acciones de Schmid y de Lúcaris consiguen despejar del terreno a la figura de Cirilo de Berrhée, que es deportado a Rodas. Éste se convertirá en el enemigo más destacable de Lúcaris.

En 1637 Lúcaris vive su séptimo y último nombramiento para el patriarcado de Constantinopla. Aunque los calvinistas lo sienten como motivo de celebración, reaparece la presión de Cirilo de Berrhée en la capital, apoyado por la iglesia de Roma. Aunque Lúcaris le ofrece un patriarcado, Berrhée responde que su pretensión es hacer renegar públicamente a Lúcaris de sus convicciones calvinistas. Pero la denostación de Berrhée no se limitó a las palabras: parece ser que los jesuitas (Cirilo de Berrhée) tramaron entonces la acusación ante el sultán Murad IV (1623-1640) de que el patriarca de Constantinopla, es decir Lúcaris, instigaba a los cosacos de Azov para entrar en territorio turco, en contra del sultán. A pesar de la aproximación personal de Lúcaris con el sultán, esta acusación tiene su efecto. En 1638 Cirilo Lúcaris, siendo patriarca de Constantinopla, intenta marchar a San Estéfano en barco; pero durante el viaje es asesinado por la mano del ejército turco.

En 1638 Cirilo de Berrhée reunió en la misma Constantinopla un sínodo que condenó a Cirilo Lúcaris y la Profesión de Fe editada en Genève. En mayo de 1640 otro sínodo convocado por Parthenius I examinó de nuevo la cuestión y pronunció anatema contra los 18 capítulos de este pseudocatecismo. En junio del mismo año 1640 Mogila convocó otro sínodo en Kíev que volvió a condenar a Lúcaris .

Óscar de la Cruz Palma (Oscar.delacruz@uab.es) – Universitat Autònoma de Barcelona

Notas

[1] Ducas, Historia turco-bizantina, trad. castellana de F.J. Ortolá Salas-F. Alconchel Pérez, Madrid, 2006.

[2] J.P. Migne, PG 156, cols. 125-274.

[3] De este texto observa Hase: “el príncipe griego se expresa siempre con una gran libertad cuando habla de Mahoma, a pesar de expresiones que ciertamente no estarían permitidas en el divan del Sultán”, J.P. Migne, PG 156, col.122.

[4] Jorge Ameruzes de Trebisonda, Dialogus de Fide, ed. O. de la Cruz Palma, El diálogo de la fe con el sultán de los turcos, CSIC-UAB, Col. “Nueva Roma” n. 9, Madrid, 2000.

[5] Encyclopédie de l’Islam, nouvelle édition, Leiden-New York-Paris, vol. VII, (1993), s.v. millet.

[6] The New Encyclopaedia Britannica, Micropaedia, vol. VII, s.v. Eastern Orthodoxy.

[7] Encyclopédie de l’Islam, nouvelle édition, Leiden-Paris, vol. IV, (1978), s.v. kharadj.

[8] En resumen, estas son las fechas de la siete ocasiones en las que Lúcaris ocupo el trono del patriarcado de Constantinopla:
1/1/1612-?/2/1612
4/11/1620-?/4/1623
2/10/1623-?/5/1630
4/5/1630-4/10/1633
11/10/1633-?/3/1634
6/4/1634-?/3/1635
7/3/1637-20/6/1638

[9] Lúcaris elaboró en 1596 la unión de Brest-Litovsk, que supuso al unión de los Rutenios (ucranianos y polacos) ortodoxos y Kiev con Roma. Pero durante los años siguientes esta unión se quebró por la reacción de la Rusia ortodoxa y los polacos católicos tradicionalistas. (The New Encycopaedia Britannica, Micropaedia, vol. VI, s.v. Lucaris, Cyril).

[10] Correspondencia de Lúcaris fue editada por É. LEGRAND, (1894), Bibliographie hellénique or description raisonnée des ouvrages publiées par des grecs aux dix-septième siècle, Paris, vols. V (reimpr. anastática, Bruselas, 1963).

[11] Según Emereau [The New Encycopaedia Britannica, Micropaedia, vol. VI, (1926), s.v. Lucaris, Cyril] es probable que fuera por estas fechas cuando emprendió viajes por Suiza (Genève) y Alemania (Wittenberg) y estudiara las doctrinas protestantes y calvinistas.

[12] E. Légrand (1894), op. cit., pp.192-218. Georges Abbot, arzobispo de Canterbury, habiendo invitado a Cirilo para enviarle un joven inteligente que estudiara teología en Inglaterra, recibe de parte del prelado griego una carta fechada el 1 de mayo de 1616 para informarle que había escogido para este efecto a Metrofanes Critopoulos y que se lo enviaba. El 17 de nov. de 1617, Abbot escribe a Cirilo informándole de que había enviado al estudiante a Oxford. Permaneció en Inglaterra hasta 1622, cuando emprendió un viaje por Europa. (Cf. la carta 128 bis. ed. por E. Légrand).

[13] P. Bádenas de la Peña, (1998), “La Gran Iglesia de Constantinopla y la política de religión europea anterior a Münster”, en prensa.

[14] E. Légrand (1894), op. cit., pp. 267-272. La edición de 1629, en Genève (a pesar de la ubicación en Cosntantinopla), se titula Confessio fidei reuerendissimi Domini Cyrilli Patriarchae Constantinopolitani nomine et consensu Patriarcharum Alexandrini et Hierosolymitani, aliorumque Ecclesiarum Orientalium Antistitum spcripta. Constantinopoli, mense martio anni MDCXXIX. En la p. 8 se lee la declaración siguiente: Descripta fuit haec copia ex autographo, quod propria Reuerendissimi Domini Patriarchae Cyrilli manu, quam optime cognosco, scriptum penes me manet, et per me facta collatione, eam cum hoc ipso de uerbo ad uerbum conuenire, attestor. Cornelius Haga, confoederatorum Belgicae Prouinciarum pro tempore apud Portam Ottomanici Imperatoris Orator.