Diez organizaciones, la mayoría dirigidas por mujeres migradas y orientadas a defender los derechos de estos colectivos, son parte de esta Mesa de Trabajo que “pretende ser un espacio de visibilidad de las mujeres migradas para hacer incidencia de las políticas migratorias que afectan a las mujeres y su entorno”.

Para ellas, no es importante hablar de inmigración porque de hecho es un proceso, un cambio, sino que lo importante es hablar de una realidad ya hecha, de mujeres ya migradas, junto a sus familias, y de sus derechos como ciudadanas que forman parte de la sociedad que las acoge, por eso su objetivo es incidir políticamente. La Mesa de Trabajo, así la consideran, es una herramienta para alcanzar este objetivo.

Es necesario empoderar a las mujeres, cuando se obtiene eso incluye a su entorno para que el efecto se potencie, dijeron en sus intervenciones algunas de las representantes de las organizaciones que componen la Mesa de Trabajo. Las mujeres migradas suelen ser, muy a menudo, las proveedoras de su familia y, a pesar de las dificultades diarias que tienen para ganarse un lugar frente a sus parejas, el hecho es que ellas son un motor de la economía y esta realidad también se reflejará en otros espacios.

Las organizaciones que integran la Mesa de Trabajo son: la Asociación Cultural, educativa y social, operativa de mujeres paquistaníes (Acesop), la Asociación de Mujeres Migradas subsaharianas (Adis), Diáspora Solidaria, la Federación de Entidades Latinoamericanas de Cataluña (Fedelatina) , la Federación de Entidades Peruanas en Cataluña (FEPERCAT), el Grupo de Mujeres Migradas de Sant Cugat, la asociación Integración de Jóvenes Latinoamericanos, Maloka – Mujeres Pa’lante y la Plataforma Q’atary Perú.

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