La carretera nacional N-260 atraviesa la encantadora población de Martinet de Cerdanya (Lleida). Es la calle principal donde se encuentran la mayor parte de comercios, bares y restaurantes, colegios, etc. En el tramo que atraviesa el pueblo recibe el nombre de Calle del Segre, ya que sigue el trazado del río, de ese río del que tanto hemos oído hablar en recientes épocas de sequías y que es afluente del Ebro. Y, en esa calle, y en el tramo central, puede verse esta placa en la fachada de una casa. Que en Cataluña también tenemos mucho que limpiar.

Pocos metros adelante, en dirección a La Seu d’Urgell, al otro lado de la carretera  y cruzando el río, los indicadores nos dirigen al Parc dels Búnquers de Martinet i Montellà. Allí se puede hacer un recorrido visitando algunos de los bunkers que fueron construidos en los años 40 y hay un centro de visitantes. El porqué de estos bunquers una vez finalizada la guerra civil merece entrada aparte, así que lo dejo para el próximo día.

Lo que hoy quisiera comentar es mi perplejidad sobre la manera en que se llama la atención del posible visitante. En los trípticos de propaganda de que dispongo y en las informaciones que aparecen en la Web, se habla de “Memoria de un tiempo de guerras” o de  “Una propuesta diferente para recuperar la memoria histórica”. Además, el proyecto cuenta con el soporte del Memorial Democràtic de la Generalitat de Catalunya. Pero, en los mismos documentos se dice también que fue “Un secreto muy bien guardado y después olvidado”. Si esto ha sido así, ¿qué sentido tiene utilizar la palabra, el concepto,  memoria? ¿La memoria está de moda y vende mejor que la palabra historia? ¿Fueron problemas de financiación para desarrollar el proyecto los que obligaron a presentarlo de esta manera?

No estoy seguro de cuáles son los motivos pero sí de que estamos desvirtuando el sentido. Es cierto que nos movemos en un campo de definiciones difíciles y que se han multiplicado los términos. La memoria puede adjetivarse como histórica, democrática, social, personal, colectiva… La diferencia entre historia colectiva y memoria colectiva, entre historia personal o memoria personal, puede ser sutil. Pero, en cualquier caso, flaco favor nos hacemos si desde las administraciones públicas se contribuye a la confusión. Diferenciar los términos nos ayuda a explicar el mundo con mayor exactitud. Utilizarlos sin criterio disminuye nuestra capacidad de análisis y empobrece nuestras reflexiones.

Así que preguntaré. A ver por qué no se ha puesto más cuidado.  O a ver si me dicen que estoy equivocado. O si no me dicen nada, que también puede ser.   

Sobre la relación entre turismo y memoria también hay mucho a decir. Otro día seguimos.

      

Las fotos que veis en esta entrada las hice yo mismo este pasado mes de agosto en Martinet.