Si te quieren convencer de que el futuro se decidió hace mil años, haz deporte.

Aprovecha los días de conmemoración, las fiestas dispuestas para recordarte quien debes ser, que debes pensar, como debes sentirte. No te quedes en casa, haz deporte.

Si te quieren convencer de que los himnos y banderas de guerras pasadas desde hace siglos van contigo, de que las instituciones que respondieron a intereses privilegiados aún son tus instituciones, de que debes desfilar honrando a antepasados que nunca sabrás si son tuyos ni si fueron tiranos o santos, haz deporte.

Si se empeñan en que tengas fe en no sé que virgen que apareció para bendecir a los que se dicen “tuyos”, en que tal o cual santo no tiene más que hacer desde su divino retiro que guiar los pasos de tu patria o en que hazañas, descubrimientos y conquistas respondieron a celestiales designios, haz deporte.

Haz deporte en Navidad, Semana Santa y en el día de tu comunidad o país. Haz deporte siempre que no te hayan dejado decidir, siempre que no vaya contigo. No pierdas el tiempo averiguando si sientes algo o nada porque no hay nada de que emocionarse. Las fiestas, las conmemoraciones, las reivindicaciones han de tener los pies en el presente, en todo aquello que nos une porque responde a lo que nos hace ciudadanos libres, preocupados por todos los demás.

Así que haz deporte, disfruta en la montaña o la playa en un magnifico día de fiesta. O lee un buen libro, de los que explican que cada día decidimos y que hay lastres que nos condenan a no ser nada con futuro. Y si la conmemoración es nocturna abre una buena botella de vino (o de gaseosa, tu sabrás) y acompáñate de vivos muy vivos que de verdad te hagan pensar, sufrir o reír.