En el Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, se conservan los supuestos restos del santo en una arqueta en plata decorada con marfiles medievales de inmenso valor artístico. Si leéis la inscripción que aparece en la parte posterior, veréis que tal tesoro se hizo en 1944 (plena posguerra, con su corolario de miseria, hambre, represión, exilio…) y que se hace referencia al dictador en términos laudatorios y agradecidos: Francisco Franco prudentissimo duci maximo… La arqueta todavía se saca en procesión en las fiestas de San Millán y puede ser contemplada en las visitas turísticas al monasterio.

 

Yuso no es un monasterio cualquiera, en él se dan diferentes circunstancias de importancia capital, como que junto con el monasterio de Suso, fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Además,  los restos tienen un valor simbólico extraordinario por haber sido el santo patrón de España y también el lugar es de sobras conocido como “cuna del castellano”.

Por todos estos motivos,  y aunque solo fuera por un elemental sentido del decoro, las reliquias deberían haber sido ya trasladadas, evitándose tanto continuar homenajeando a Franco en procesión y en lugares de culto como exponer esta asociación entre santo y dictador que provoca estupor e indignación.

Guardemos esta arqueta como pieza de museo convenientemente explicada y búsquese alternativa para el santo eremita que seguro no necesitaba de la plata ni era partidario de abominables regímenes. Y sobre todo, democracia hasta para quien no la quiera.     

Por cierto, por desgracia y para rematar el asunto, en una de las fachadas laterales se puede ver esta placa con la consabida referencia a José Antonio Primo de Rivera. ¿También patrimonio de la humanidad?