Polonia es el título de un programa de televisión que emite TV3 para Cataluña y del que ya dejé una muestra en otra ocasión adelantando que reservaba comentario para otro día.
Los principales políticos catalanes y españoles, así como algunos famosos del mundo cultural y mediático, son caricaturizados para mostrar una visión de la actualidad en clave de humor. Uno de los personajes habituales es una estatua ecuestre de Franco que se encuentra en un almacén subterráneo. Desde esa posición, comenta la actualidad del país aplicando su vieja doctrina a la resolución de problemas o situaciones actuales. La estatua aparece en blanco y negro y, en ocasiones, cuando el personaje sale de su triste retiro, continúa diferenciándose del entorno por esa falta de coloración.
Esta claro que el objetivo de los productores es evidenciar lo totalmente fuera de tiempo y lugar que está el personaje, pero no deja de ser cierto también que la caricatura lo humaniza suavizando su parte más siniestra. Por esto los políticos quieren aparecer a toda costa en ese tipo de programas; saben que aunque se les presente como descerebrados que no hacen nada bien, al final el espectador recuerda a alguien humano, con sus miserias como cualquier otro semejante y esto les acerca más que separa de la sociedad.
A mí me parece bien no dejar títere con cabeza y que todos pasemos por la radiografía del humor. Pero quizás a algunas personas les duela o cueste ver a Franco hablando de la actualidad en términos a veces brutales. Aunque al final nos haga reír o sonreír, ¿deja un poso amargo? Me pregunto si hay a quien le puede molestar. A ver si hay ánimos, dejáis vuestros comentarios y podemos hacer un debate sobre el tema.