Excavación » Sector III

 

En El Trigal III durante las excavaciones de 2006-2007 se constató la existencia de una serie de tumbas en varios espacios diferenciados, en lo que erróneamente, según hemos comprobado en las últimas excavaciones, se consideró un cementerio o necrópolis, es decir un espacio delimitado, exclusivo y especializado, para prácticas funerarias (Castro-Martínez, De La Torre y Escoriza-Mateu 2008). En el análisis preliminar del registro funerario se pudo inferir la existencia de prácticas de coerción física y de una ideología política justificativa de la imposición violenta, que se asoció a la implantación del dominio del Estado de Cahuachi en el valle de Nasca, así como la existencia de indicadores de transmisión hereditaria de los privilegios y la riqueza. Las nuevas excavaciones en El Trigal III se ha centrado en buscar apoyos empíricos a las hipótesis elaboradas en años precedentes, y en clarificar los espacios sociales de las tumbas registradas en los primeros trabajos de campo. Los nuevos registros nos han obligado a replantearnos esos contextos, ante la evidencia de que estamos ante un asentamiento configurado por un único complejo arquitectónico, y que las sepulturas se encuentra en áreas muy concretas, en patios o debajo de los suelos de algunas estancias. De esta manera desde el año 2012 quedó confirmado que no podíamos hablar de una necrópolis en tanto que espacio funerario especializado Al ampliar las excavaciones hacia el Norte del área documentada en 2006-2007, se puso de manifiesto que las tumbas aparecían concentradas precisamente en los sectores excavados entonces, en espacios localizados al Sur y Sureste de un complejo arquitectónico que ocupaba un amplio espacio aterrazado con muros perimetrales. Ahora podemos concluir que ese complejo arquitectónico constituía una gran casa, donde existían estancias, corredores y patios destinados a diversas actividades económicas Excepto tres sepulturas infantiles ubicadas debajo de los suelos, ninguna de ellas con ajuar funerario, no se han documentado más tumbas en las últimas excavaciones. Por el contrario, hemos podido evidenciar que los elementos arquitectónicos y estructuras corresponden a espacios donde hubo una importante actividad de procesado de alimentos y de fabricación de herramientas e implementos, que debieron implicar el trabajo de un número importante de hombres y/o mujeres.