NOTA: Redacté esta entrada el 6 de diciembre de 2021, pero la publico ahora a causa del ciberataque que la UAB sufrió entonces y que causó la suspensión temporal del blog

Este semestre estoy impartiendo, como vengo narrando, un curso de Estudios Culturales basado en el análisis de una selección de 60 canciones grabadas por mujeres cantantes anglófonas actualmente en activo. Cada estudiante trabaja sobre dos cantantes, y yo misma elegí trabajar sobre Kylie Minogue y, después de algunas dudas entre otras opciones, Shirley Manson de Garbage. Ofrecí mi primera presentación sobre “Spinning Around” de Minogue sin ningún problema, excepto, como pude ver, que las estudiantes estaban un tanto consternadas porque elegí una sencilla canción de pop burbujeante y un video musical centrado en la exhibición por parte de la Sra. Minogue de su fabuloso trasero, envuelto en sus icónicos shorts dorados. La recepción de mi presentación de “The Men Who Rule the World” de Garbage, mucho más agresivamente feminista, con letras de Manson y parte de su álbum más reciente, No Gods No Masters (2021), fue, sin embargo, mucho más tibia, por no decir fría.

Estoy segura de que empleé el mismo entusiasmo para Manson que para Minogue, y que la canción y el video no son peores que muchos otros que hemos disfrutado en clase. Sin embargo, parece que cometí un error al usar una cita para describir la reputación de Manson. Aquí está (proviene de un artículo de Dayna Evans publicado en 2017, así que por favor agregad cuatro años a las edades mencionadas); véase https://www.thecut.com/2017/06/shirley-manson-garbage-returns-with-blondie.html. Manson afirma que

“[Debbie Harry de Blondie y yo] somos algunas de las pocas mujeres que quedan que hacemos lo que hacemos de la manera en que nos parece mejor. Cada vez somos más raras. Creo que la gente se percata de que somos una estirpe que se está muriendo”. Hace una pausa y agrega: “Literalmente muriendo”. Harry y Manson pertenecen a una generación de mujeres músicos que, como ella dice, “escriben su propia música y no persiguen el éxito pop”, pero a Manson le preocupa que la línea se esté diluyendo. Patti Smith tiene 70 años. Chrissie Hynde, 65 años. Courtney Love, 52”. (…)
Para Manson, muchas de las megaestrellas actuales de la industria de la música no lograrían pasar la prueba de fuego del rock. “Rihanna es lo más parecido que tenemos en el mundo del pop a una estrella de rock”, reflexiona, y agrega que es una gran fan de la música pop. “Si Rihanna quisiera hacer música rock, estoy segura de que podría hacerlo. Pero a menos que toques música rock, no eres una estrella del rock”.

Esta declaración provocó algunos comentarios negativos en clase sobre la actitud condescendiente de Manson hacia las estrellas del pop, desencadenada, supongo, por la percepción de que la mucho más joven Rihanna (33 frente a 55 de Manson) es una figura mucho más destacada que la propia Manson. Mis estudiantes tienen alrededor de 20-22 años, por lo que no es sorprendente que nunca hayan oído hablar de Garbage, banda formada en 1993 y en auge entre 1995 y 2007, cuando se disolvieron (se reunieron de nuevo en 2010). Quizás no ayudé mucho a simpatizar al enfatizar que Manson tiene mi propia edad y que la admiro por su cool, cualidad que nunca adquiriré (aunque valoro por lo mismo a Minogue, de 53 años). La cuestión es que, claramente, si se les pidiera a que eligieran entre Manson y Rihanna, mis estudiantes optarían por Rihanna. Para mi disgusto, ni siquiera les gustó demasiado el video de la artista chilena Javiera García-Huidobro para “The Men Who Rule the World”, con su ingeniosos collage a base de recortes y su fusión de las imágenes de Manson y María de Metrópolis. Una estudiante encontró sus imágenes anti-patriarcales demasiado claramente fálicas. Me siento, en suma, molesta conmigo misma por no haber podido transmitir el gran atractivo que le encuentro a Manson.

Al menos, el fiasco en torno a Shirley Manson desató una conversación en clase sobre por qué el pop es más atractivo que el rock para las mujeres. Admito que introduje un sesgo erróneo en el curso al centrarme en las cantantes solistas, lo que ha limitado la presencia de mujeres que lideran bandas de rock (me interesaba excluir a los grupos de chicas, que no me interesan nada). Esto significa que en clase estamos más centradas en el pop de lo que originalmente supuse, aunque al mismo tiempo esto ha hecho que el curso (y el futuro libro digital que estamos escribiendo) sea más coherente.

En las notas que envié a mis estudiantes después de clase, me referí a algunos pasajes del artículo de Joanca de noviembre de 2021 para Spinditty, “Why Did Rock Music Decline, and Can It Make a Comeback?” (https://spinditty.com/genres/rock-music-comeback). Joanca escribe que “Las chicas y las mujeres por debajo de 40 años compran principalmente música pop. A pesar del éxito de algunas rockeras como 10,000 Maniacs y Alanis Morissette, el rock moderno todavía parece tener problemas para atraer a las compradoras”. Joanca concede que no sabe por qué las mujeres y las chicas están mucho menos interesadas en la música rock, “pero tal vez el movimiento feminista es una de las razones. El sexismo manifiesto y la naturaleza masculina del rock pueden haber desalentado a las chicas criadas con ideas de empoderamiento femenino. El surgimiento de mujeres fuertes en la música pop, como Madonna, puede haberlo hecho más atractivo para las chicas y las mujeres como oyentes y artistas”. Encuentro que este es un buen razonamiento, y de hecho terminé argumentando en clase que el legado de Madonna es ahora mismo mucho más sólido que el de Mick Jagger, cuyos sucesores masculinos más evidentes no soy capaz de detectar.

Este otro artículo, de marzo de 2021 de Dorian Lynski, “Why Bands Are Disappearing: ‘Young People Aren’t Excited by Them’” (https://www.theguardian.com/music/2021/mar/18/why-bands-are-disappearing-young-people-are’t-excited-by-them), considera el declive gradual del rock desde otra perspectiva, menos centrada en el género identitario. El artículo surgió por un comentario del cantante de Maroon 5, Adam Levine, en el sentido de que no quedan bandas de rock, a lo que Shirley Manson respondió enojada “¿Nosotros qué somos? ¿¡GATOS !?” Lo que Levine quiso decir es que no hay nuevas bandas de rock que lleguen a las listas; de hecho, estaba profiriendo la misma queja que Manson había expresado en la cita sobre el envejecimiento de la generación de mujeres rockeras.

En el artículo se consideran varios argumentos con respecto al problema de la disminución del número de bandas, aunque la mayoría apuntan al impacto de las tecnologías digitales: equipar a una banda para tocar en vivo y financiar sus discos es costoso en comparación con trabajar con un ordenador portátil a solas en el dormitorio de casa; las redes sociales parecen estar mejor orientadas hacia el estrellato pop en solitario. Creo que la popularidad de las boy bands coreanas y japonesas contradice la impresión de que ver a varios chicos juntos en el escenario ha perdido su atractivo, como sugiere otro argumento, pero sí creo que se ha perdido el atractivo de los instrumentos de la música rock, sobre todo la guitarra eléctrica. De alguna manera, a las mujeres heterosexuales ya no les atrae el típico rockero guitarra en ristre (¿hay algo más patético que una groupie de rock hoy?), mientras que las rockeras nunca dominaron del todo el arte de apropiarse de la guitarra eléctrica para sí mismas. No quiero decir con esto que las mujeres no puedan tocar rock, sino que no han generado una iconografía atractiva, o tan atractiva como la de las estrellas del pop. A las mujeres cantantes de rock les puede haber ido mejor que a las instrumentistas (sigo pensando que la genial Manson es un buen ejemplo) pero con muy pocas excepciones como las que ella nombra, y otras como Sharleen Spiteri de Texas, las estrellas de rock femeninas no están creando escuela. ¿Podría ser, por ponerme frívola, que las guitarras eléctricas no quedan bien con los vestidos?

Estas elucubraciones no significan que existe una división insuperable entre el rock y el pop, siendo el rock territorio masculino y el pop, femenino. Lo que significa es que nadie sabe muy bien qué consumen los chicos blancos que solían ser los fans más visibles de la música rock. Posiblemente, Spotify tiene la clave del misterio. Mis alumnas afirman que las cantantes pop que estamos estudiando tienen un público compuesto por otras mujeres y por personas LGTBIQ+, con, quizás, una pequeña minoría de hombres cis-hetero. Dicen que, lo más probable es que los hombres blancos estén escuchando a hombres no blancos de los territorios del rap y el reggaetón, a menos que el secreto mejor guardado de la música sea que de hecho los chicos sí están siguiendo a cantantes pop, en su mayoría mujeres. No creo que el público del rock esté perdido para siempre, pero tampoco creo que los chicos jóvenes estén volcando sus energías en tocar música rock. Tal vez aquí esté la clave: el rock necesita un cierto tipo de energía que los jóvenes blancos parecen no poseer hoy en día, y que las mujeres jóvenes están aplicando al pop (rap incluido). En cambio, los hombres negros, que nunca se han interesado por el rock, sí parecen funcionar bien como músicos de rap. Tal vez lo que estamos viendo es una extensión de la apatía que hace que a los hombres jóvenes les vaya peor que a las mujeres jóvenes en la escuela y en la universidad al mundo de la música, si se me permite especular.

No es extraño, en suma que a Manson le preocupe que las estrellas del pop no sean estrellas de rock, siendo ella misma una estrella de rock en la cincuentena sin discípulas indiscutibles. Tal vez las rockeras se encuentran en los sellos indie si bien el problema es que los amantes del rock tienen que esforzarse tal vez demasiado para dar con ellas, dado el dominio de las listas pop y de Spotify (aunque supongo que Spotify tiene en algún rincón una lista de mujeres estrellas del rock indie). Manson se equivoca, sin embargo, al suponer que hay una jerarquía por la cual las estrellas de rock prevalecen sobre las estrellas del pop, justamente el supuesto que molestó a mis estudiantes. Es fácil imaginar a Rihanna diciendo con toda condescendencia que “Si Manson quisiera hacer música pop, estoy segura de que podría. Pero a menos que toques música pop, no eres una estrella del pop”. Espero que Manson no haya caído en la clásica trampa patriarcal por la cual las mujeres talentosas se acaban enfrentando entre sí en lugar de construir la solidaridad y la sororidad que todas las mujeres cantantes necesitan para consolidar su presente y su futuro.

Publico aquí una entrada semanal (me puedes seguir en @SaraMartinUAB). Los comentarios son muy bienvenidos. Los volúmenes anuales del blog están disponibles en http://ddd.uab.cat/record/116328. Si te interesa echar un vistazo, mi web es http://gent.uab.cat/saramartinalegre/