La primera novela sobre la serie Harry Potter de J.K. Rowling, Harry Potter and the Philosopher’s Stone, fue publicada por Bloomsbury el 26 de junio de 1997, hace 25 años hoy mismo. Esta entrada mira hacia esa fecha del pasado, para festejarla, y apunta hacia el próximo mes de noviembre, cuando finalmente volverá el Witch Market de Barcelona y todos nosotros, los Potterheads locales, tendremos la oportunidad de reencontrarnos después de un paréntesis de dos años causado por la Covid-19. He elegido dar una conferencia en ese evento sobre la madre de Voldemort, Merope Gaunt, porque es un ejemplo de ese tipo de personaje secundario que parece muy menor pero cuyas acciones son indispensables para que una historia comience a moverse. Si la pobre Merope no se hubiera enamorado del Muggle Tom Riddle, Lord Voldemort nunca habría nacido. El villano, no el héroe, pone en marcha los acontecimientos y, por lo tanto, sin el Señor Oscuro, el joven Harry Potter habría disfrutado de la adolescencia normal de un mago cualquiera.

Merope (pronunciado ‘mɛrəpiː, o méropi) lleva el nombre de una estrella en las Pléyades que toma prestado su apodo de una de las siete hijas de la ninfa oceánica Pleione y el Titán Atlas. Solo aparece en el sexto libro, Harry Potter and the Half-Blood Prince (2005), publicado ocho años después de la primera novela, lapso que sugiere que Rowling puede haber pensado en la historia de los orígenes de Voldemort relativamente tarde en el proceso de escritura, no necesariamente desde el principio. La triste historia de Merope se narra en el capítulo 10, “The House of Gaunt” (184-204, Bloomsbury 2005 edición de tapa dura), y en el capítulo 13, “The Secret Riddle” (242-260), aunque ninguno de los dos capítulos se centra en ella. Su nombre se menciona un total de 32 veces, muy pocas en el contexto de la extensa narrativa que es toda la serie, y ella nunca está en diálogo con ningún otro personaje. Sabemos de Merope porque el Profesor Dumbledore procede a recordar escenas del pasado compartiendo su Pensieve con Harry, habiendo decidido, como le dice al chico, “que es hora, ahora que sabes lo que llevó a Lord Voldemort a tratar de matarte hace quince años, de que se te dé cierta información” (186).

Dumbledore no tiene recuerdos directos de Merope, por lo que utiliza en su lugar los recuerdos del difunto Bob Ogden, un funcionario del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Harry es testigo de la visita de Odgen al pueblo de Little Hangleton, donde viven los Gaunt: el padre de mediana edad Marvolo, el hijo Morfin (posiblemente veinteañero) y la hija Merope, que tiene dieciocho años como averiguamos más tarde. Los Gaunts se presentan como el equivalente inglés de los hillbillies estadounidenses (unos paletos), y Morfin, de hecho, da una bienvenida bastante violenta a su imprevisto visitante, enviado por Slughorn para investigar una violación de la ley mágica cometida por el joven.

Cuando Merope aparece por primera vez, en un rincón de su muy pobre vivienda, Rowling la describe focalizando la narración a través de Harry como “una chica cuyo vestido gris harapiento era del color exacto de la sucia pared de piedra tras ella. Estaba de pie junto a una olla humeante sobre una negra y sucia cocina, y jugueteaba con el estante de ollas y sartenes de aspecto miserable sobre la misma. Su cabello era lacio y opaco y tenía una cara lisa, pálida y bastante pesada. Sus ojos, como los de su hermano, miraban en direcciones opuestas. Ella parecía un poco más limpia que los dos hombres, pero Harry pensó que nunca había visto a una persona de aspecto más derrotado” (194, cursivas añadida). Cuando la nerviosa y callada Merope deja caer una olla, su padre la riñe como ha hecho muchas veces: “¿para qué sirve tu varita, inútil saco de lodo?” (194). Ante el rapapolvo la chica no consigue arreglar la olla, así que Odgen la repara, deseando terminar la escena lo más rápido posible.

Cuando el visitante declara que Morfin ha sido llamado al Ministerio porque ha atacado a un Muggle, Marvolo reacciona gritando que su familia es descendiente directa de Salazar Slytherin, uno de los fundadores de Hogwarts, y se le debe más respeto. Como prueba, empuja a Merope de modo brutal, para que Odgen pueda ver el medallón que lleva puesto. Esta reliquia familiar, que luego ella vende para evitar perecer de hambre, es la misma que su hijo adulto Tom, entonces de unos treinta años, encuentra en manos de la rica coleccionista Hepzibah Smith. Cuando la asesina en un ataque de ira (su primer asesinato después de acabar con su padre y sus abuelos, a los dieciséis años), necesita huir, comenzando así su camino para convertirse en Lord Voldemort.

En el capítulo 10, un grupo de transeúntes Muggles pijos se burlan de la ruinosa casa de los Gaunt, angustiando a Merope. Ella se pone mortalmente pálida cuando el guapo Tom Riddle se burla de Morfin y ambos hermanos lo escuchan llamar a su compañera Cecilia “querida”. Sin ningún cariño Morfin le dice a Merope (que aún no ha dicho una palabra): “Así que al final no te quiso para nada” (198) y le revela a su enojado padre que “A esta le gusta mirar a ese Muggle” (199, cursiva original). Esto horroriza a Marvolo, y aunque Merope, niega la acusación de Morfin aún sin decir palabra, solo la intervención providencial de Ogden la salva de ser estrangulada por su padre. Pronuncia entonces los primeros sonidos que salen de su boca, aunque estos son gritos. El guapo Tom Riddle, como es fácil de adivinar, es el mismo Muggle que Morfin ha atacado, creyendo erróneamente que correspondía el interés de su hermana.

Dumbledore le dice a Harry que tanto Morfin como Marvolo fueron detenidos de inmediato y enviados a Azkaban, un tiempo de libertad para Merope durante el cual floreció su magia hasta ahora reprimida. Usando, como Harry adivina, un elixir de amor que, según especula Dumbledore, “le habría parecido más romántico” (202) que un maleficio Imperius, Merope seduce a Tom Riddle y ambos se fugan juntos, ante el gran escándalo de su pueblo. El padre, retornado de Azkaban después de seis meses, finalmente muere del disgusto.

Según cotillea Dumbledore Merope le había mentido a Riddle fingiendo que estaba embarazada, suceso que solo ocurrió tres meses después de su boda. Riddle, no obstante, regresó a casa sin su esposa antes de que ella diera a luz, alegando que había sido “engañado” (202). Dumbledore continúa su “conjetura” (203) sugiriendo que Merope “quien estaba profundamente enamorada de su esposo, no podía soportar seguir esclavizándolo por medios mágicos. Creo que ella tomó la decisión de dejar de darle la pócima. Tal vez, enamorada como estaba, se había convencido de que él ya se habría enamorado de ella para entonces. Tal vez ella pensó que él se quedaría por el bien del bebé. Si es así, se equivocó en ambos aspectos. La dejó, nunca la volvió a ver y nunca se preocupó por descubrir qué fue de su hijo” (203). Este pasaje marca el final de la presencia de Merope en el capítulo 10 y explica por qué el niño Tom llegó a odiar a su padre Muggle tan intensamente, aunque nunca amó realmente a su madre de sangre pura.

En el capítulo 13 Dumbledore usa de nuevo el Pensieve para narrar los problemas de Merope una vez en Londres. A través de los recuerdos de un tal Caractacus Burke, Harry ve a Merope vendiendo el medallón; ella estaba “Cubierta de harapos y bastante avanzada …”, es decir, a punto de parir (245). Por si esta escena no fuera ya lo bastante Dickensiana, Rowling añade que sucedió antes de Navidad (supuestamente en 1926). Cuando Harry pregunta por qué la desesperada Merope no usó sus poderes, Dumbledore especula que “cuando su esposo la abandonó, Merope dejó de usar magia. No creo que ella quisiera seguir siendo bruja. Por supuesto, también es posible que su amor no correspondido y la desesperación concomitante minaran sus poderes; eso puede suceder. En cualquier caso, como estás a punto de ver, Merope se negó a levantar su varita incluso para salvar su propia vida” (246).

Misteriosamente (un poco como Amidala en Star Wars), Merope se deja morir después del nacimiento de su bebé. Harry está horrorizado de que Merope no eligiera “vivir para su hijo” (246) y Dumbledore responde que, a diferencia de Lily Potter que murió para salvar a su bebé Harry de Voldemort, Merope Riddle “eligió la muerte a pesar de un hijo que la necesitaba, pero no la juzgues con demasiada severidad, Harry. Estaba muy debilitada por el largo sufrimiento y nunca tuvo el coraje de tu madre” (246). Cuando Dumbledore recupera su primer recuerdo de Tom Riddle, Rowling escribe focalizando a través de él que “No había rastro de los Gaunts en la cara de Tom Riddle. Merope había satisfecho su último deseo: era su apuesto padre en miniatura, alto para sus once años, de pelo oscuro y pálido” (249). Solo puede saber este dato gracias a la Sra. Cole, la directora del orfanato, quien informa que Merope llegó en la víspera de Año Nuevo “tambaleándose por los escalones” en una “noche desagradable” de frío y nieve (249). Ella “tuvo al bebé una hora más tarde. Y murió al cabo de otra hora” (249). La Sra. Cole confirma que Merope, quien “no era una belleza”, tuvo tiempo de decir “Espero que se parezca a su papá” (249), las únicas palabras que pronuncia, y de pedir que el bebé se llame Tom Marvolo Riddle. La Sra. Cole asume que la joven “venía de un circo” (249) debido al extraño nombre; el apellido Riddle (o ‘enigma’), por cierto, existe.

Muchos comentaristas han expresado su sorpresa de que Rowling use a Oliver Twist “no como modelo para su héroe sino para el villano, creando, en esencia, un Oliver retorcido” con el Señor Oscuro (ver James Washick, “Oliver Twisted: The Origins of Lord Voldemort in the Dickensian Orphan”, Looking Glass 13.3 (2009), http://www.lib.latrobe.edu.au/ojs/index.php/tlg/article/view/165/164). En Oliver Twist (1837-38) de Dickens, el bebé Oliver nace de la joven Agnes Fleming, que muere en el parto, en una workhouse o asilo para pobres donde se cría como huérfano.

Agnes, la hija de diecisiete años de un oficial de la Marina, queda embarazada de Edwin Leeford, un hombre que posiblemente le dobla la edad, y que está huyendo de la rica mujer entrada en años con quien su padre lo había obligado a casarse. Leeford muere enfermo sin poder transmitir a Agnes y a su bebé aún no nacido la fortuna heredada de su padre, una muerte pensada para caracterizarlo como un buen tipo atrapado entre el poder patriarcal de su difunto padre y la pura mala suerte. Sin embargo, encuentro que su affair con la hija inocente del hombre que lo alberga es un abuso criminal. Cuando Agnes muere lleva una alianza de boda, lo que siempre me ha hecho sospechar que Leeford la engaña para que crea que es libre de casarse con ella. En cualquier caso, aunque Merope y Agnes están conectadas, Dickens termina su novela reivindicando a Agnes, con Oliver visitando su tumba (que ya dejado de ser anónima), mientras que al psicópata Tom Riddle nunca le importa Merope.

Así como Oliver Twist depende de la atracción sexual que Leeford siente por Agnes, todo Harry Potter depende de la pasión de la feucha Merope por su apuesto vecino Muggle Tom Riddle. No descarto que esta pasión haya sido despertada en compensación por el abuso sexual que Merope sufre tanto por parte de su padre como de su hermano (el ataque de Morfin contra Tom insinúa la existencia de celos incestuosos), aunque solo Rowling sabe si hay motivos para esta especulación. Si Merope hubiera sido hermosa, Riddle podría haberse enamorado naturalmente de ella y tal vez incluso haberse quedado a su lado. Esto no necesariamente habría resultado en una personalidad diferente para su bebé, porque quién sabe por qué algunos hombres crecen para ser villanos horrendos, pero el hecho es que todo el castillo de naipes que es la heptalogía de Harry Potter depende de la atracción de Merope por Riddle. No lo llamo amor, porque teniendo en cuenta cómo Merope ha vivido su vida hasta entonces, ella no puede conocer el significado del amor. En ausencia de una madre que podría haberla amado, tampoco puede entender el significado de la maternidad, de ahí su incapacidad para vincularse con su bebé, y su muerte, que es una especie de suicidio.

Rowling podría haber inventado una historia muy diferente para explicar el nacimiento de Voldemort, pero se le ocurrió el patético romance entre Merope Gaunt y Tom Riddle, narrado utilizando un curioso tipo de caracterización indirecta para la pareja, a quien nunca se ve (ni se escucha) juntos. Son en muchos sentidos la contrapartida de Lily y James Potter, los amorosos padres de Harry, aunque, sobre todo, Merope es lo opuesto a Lily. Tanto James como Lily mueren protegiendo a Harry de Voldemort, pero la muerte de Lily le da al niño la protección mágica adicional que le salva la vida. En contraste, el momento más amargo del joven Tom llega cuando aprende la verdad sobre sus orígenes de boca de su tío Morfin. Este descubrimiento literalmente le rompe el alma una vez procede, como he señalado, a ejecutar al padre que lo abandonó y a sus abuelos. De manera reveladora, comete estos crímenes no porque los Riddle despreciaran a Merope, por quien nunca se preocupa, sino porque su sangre Muggle mancha su propia sangre, que él creía pura.

Pobre Merope, jamás amada como hija, hermana, esposa y madre. No olvidemos, sin embargo, que los peores hijos pueden provenir de las mejores madres, y que si el pequeño Tom Riddle resulta ser malvado, no es culpa de Merope. Diría que la culpa es, más bien, del padre insensible, pero Tom Riddle senior es tema para otra entrada…

Publico una entrada una vez a la semana (me puedes seguir en @SaraMartinUAB). ¡Los comentarios son muy bienvenidos! Te puedes descargar los volúmenes anuales aquí: http://ddd.uab.cat/record/116328. La versión en inglés del blog está disponible en https://blogs.uab.cat/saramartinalegre/en/. Encontrarás en mi web información sobre mis publicaciones y actividades: http://gent.uab.cat/saramartinalegre/