ADVERTENCIA: ESPÓILERS

La miniserie británica distribuida por Netflix Adolescence, creada por Stephen Graham y Jack Thorne, ha conquistado el mundo, iniciando al fin una conversación general largamente esperada sobre la influencia de la manosfera en el comportamiento agresivo y misógino de los chicos adolescentes. La serie, de cuatro episodios, solo mantiene un mínimo suspense en el primer episodio hasta que se demuestra, gracias a un video de una cámara callejera, que Jamie Miller (Owen Cooper), de 13 años, mató a puñaladas a su compañera de clase Katie, a pesar de que le ha dicho repetidamente a su padre (interpretado por el creador de la serie Stephen Graham) que “No he hecho nada malo”. Mientras que el primer episodio narra el arresto e interrogatorio de Jamie hasta esa aterradora escena en comisaría, el segundo episodio trata sobre la visita del inspector Luke Bascombe y la sargento Misha Frank a la escuela de Jamie, para averiguar quién le proporcionó el cuchillo. El tercer episodio se centra en la entrevista de Jamie con la psicóloga infantil asignada para ofrecer un informe independiente al tribunal. El cuarto narra el triste cumpleaños del padre de Jamie, mientras la familia espera su juicio.

Entiendo la importancia que ha cobrado esta miniserie, y no dudo en recomendarla. Si tienes hijos o hijas adolescentes, o hermano/as, mírala con ellos. Sin embargo, no creo que Adolescence sea una obra maestra, como todo el mundo dice. Para mí, la decisión de rodar cada episodio en una sola toma es, en última instancia, un grave error. El truco distrae del contenido y obliga a la narración a centrarse demasiado en ciertos lugares y personajes. Me preocupa, sobre todo, que la víctima solo esté representada por su mejor amiga, Jade, mientras que otros amigos y su familia quedan excluidos de la miniserie. Curiosamente, Graham y Thorne pensaron que era una buena idea que la actriz que solo vemos en una foto (y siendo apuñalada desde lejos) cantara la canción de los créditos finales, aunque es algo que solo supe al repasar las informaciones curiosas en IMDB.

El guión supone que los padres, los profesores y la policía ignoran por completo cómo interactúan los adolescentes en línea, en particular en Instagram, que es donde ocurre el principal desencuentro entre Jamie y Katie. Los dos asisten a la misma escuela, pero no son amigos. Según narra Jamie a la psicóloga, Katie envió una foto mostrando sus pechos a un chico que rápidamente la distribuyó a toda la escuela. Jamie, que estaba interesado en ella, pensó que la humillación de Katie la hacía vulnerable y más accesible. Se acercó por lo tanto a la niña para establecer algún tipo de contacto sexual, a pesar de que Jamie no había tenido ninguno aún. Katie, furiosa por la maniobra, rechazó a Jamie y se burló de él en línea señalando con unos emoticones que era un incel. Luego Jamie habló con sus compañeros Ryan y Tommy, y el primero sugirió que asustara a Katie para que le hiciera caso, proporcionándole un cuchillo. Cuando Jamie se acercó a ella en un parquin, Katie volvió a reírse de él y Jamie, como muestra el video, la apuñaló con furia siete veces. Esta secuencia de tristes sucesos se establece en el episodio tres, pero se infiere, en lugar de ser mostrada directamente.

Mi principal queja es que, aunque Adolescence ha iniciado una conversación necesaria, lo ha hecho sobre la base de una trama débil, que solo aborda superficialmente el tema de la influencia de la manosfera en los adolescentes y su misoginia desenfrenada. Para empezar, Jamie es demasiado joven e inexperto a los trece años como para sentirse tan ofendido por la opinión negativa de Katie de que él es un incel. ‘Incel’ (o ‘célibe involuntario’) es una palabra inventada originalmente por una joven canadiense, llamada Alana, cuyo Proyecto Celibato pretendía ser un punto de encuentro amigable para personas que buscaban compañía. Eso fue en 1997. Para su horror, los hombres solteros que no podían conseguir citas o que fracasaban constantemente en sus relaciones se apropiaron de ‘incel’ para consolarse mutuamente con la idea de que las mujeres eran las culpables de sus escasas habilidades amatorias. El artículo correspondiente de Wikipedia es una buena introducción al concepto y su desarrollo, pero baste decir que los incels han empoderado a una serie de influencers ultra misóginos, entre ellos el infame Andrew Tate (que no es un incel). No dudo que un niño de 13 años ya esté acostumbrado a ver pornografía, a publicar fotos de modelos semidesnudas en Instagram, o incluso a seguir a Tate (aunque esto no se menciona explícitamente en la serie). Dudo, sin embargo, que su masculinidad esté ya tan distorsionada que reaccione de manera exagerada y asesina al insulto de Katie. Esto corresponde a un niño al menos uno o dos años mayor.

La conversación clave de la serie ocurre en el episodio dos, entre el inspector Bascombe y su hijo, Adam, que también está en la clase de Jamie. Bascombe está separado de su esposa y lucha por comunicarse con su hijo; no entiende, por ejemplo, que cuando Adam dice que le duele el estómago, como excusa para faltar a la escuela, es señal de que está siendo acosado. Al ver lo perdido que está su padre en relación con el caso que investiga, Adam le explica cómo se comunican los adolescentes en línea, el significado de los emojis insultantes que usó Katie y por qué los adolescentes son tan crueles entre sí. Así es como funciona su mundo. La conversación dura solo una escena, y creo que se usa más tiempo en la absurda persecución de Ryan, cuando sale corriendo de la escuela tratando de no revelarle a Bascombe que el arma del crimen era suyo. Ryan ha sido apalizado poco antes en público por Jade, la mejor amiga de Katie, quien lo acusa de haber organizado su muerte. Sin embargo, este arrebato violento solo sirve para mostrar su dolor por haber perdido a su única amiga (Jade es negra, Katie blanca).

Desde el punto de vista de la exploración psicológica de la personalidad de Jamie, podría parecer que el tercer episodio, con su larga conversación entre él y la psicóloga infantil Briony, es muy revelador. En cambio, es más bien caótico, ya que Graham y Jones presentan a Jamie como un chico tímido que nunca ha tenido relaciones sexuales porque no sabe cómo acercarse a las chicas pero también como un pequeño monstruo muy desagradable que no duda en intimidar a Briony. Olvidé mencionar, por cierto, que la familia Miller no parece ser problemática. Dado que el Jamie arrestado en el primer episodio es tan infantil (incluso se orina en los pantalones) y se ve tan vulnerable durante su interrogatorio, como espectadores no tenemos evidencia de cómo se comportaba con su familia y amigos, ni Briony la obtiene. Es posible que haya fingido ser un niño agradable en casa, pero, seguramente, como se insinúa más tarde, no era así con sus compañeros. Ryan, que también acaba siendo arrestado como cómplice de asesinato, no parece ser el responsable del crimen más allá de prestar el cuchillo, pero también es un chico muy problemático, como se ve en su conversación con Bascombe. Dado que, de todos modos, no vemos a los tres amigos juntos, no tenemos ni idea de cómo interactúan, qué tipo de conversaciones mantienen y si entienden las consecuencias de la muerte de Katie. La escena del asesinato, mostrada desde lejos y en video algo granulado, es impactante, pero aún más aplastante es la escena siguiente, con Eddie, el padre, aceptando que Jamie le ha mentido. Es importante tener en cuenta que Jamie no niega haber matado a Katie sino que insiste en que no ha hecho nada malo, hasta el punto de que su psicóloga debe preguntarle abiertamente si entiende la muerte. Sí la entiende, pero tiene problemas para comprender que es un asesino hasta el final de la serie (proceso que tampoco vemos).

Para mí, la parte más aterradora de Adolescence no es el asesinato, ni los horrores que soportan los padres de Jamie (y su hermana), sino la representación de la escuela secundaria a la que asiste el crío, con la visita de Bascombe y Frank. Acabo de leer un artículo en el que un niño inglés de 14 años, cuya madre ha decidido educarlo en casa, afirma que el retrato de la escuela en Adolescence es exacto. Ojalá no lo fuera. En una escena, Bascombe y Frank son presentados a la clase de Adam, y el profesor menciona que Bascombe es el padre del chico; Fredo, su acosador, golpea la nuca de Adam y se burla de él, como si el maestro y la policía no estuvieran allí. La serie muestra a los maestros gritando todo el tiempo, luchando por mantener un mínimo orden. El graciosillo gritón que se burla de Ryan cuando Jade lo golpea encarna el espíritu negativo que domina la vida escolar inglesa. El duro orden jerárquico, el bullying a compañeros y profesores, la indiferencia hacia la educación, siempre han estado presentes de una forma u otra en las escuelas, pero tenían límites. Adolescence presenta la escuela secundaria pública como un espacio de discordancia (¡e incluso de malos olores!) donde los adolescentes no reciben educación sino que son sometidos a un encierro obligatorio durante unas horas al día.

He visto en muchos artículos y publicaciones en redes sociales llamadas a tener lástima de chicos como Jamie y ser comprensivos. Mi impresión, viendo en particular el segundo episodio, es que, en primer lugar, la víctima merece más lástima y empatía que ellos y, en segundo lugar, toda la generación está perdida. Mi marido me dijo que en la última escena, cuando Eddie visita la habitación de su hijo Jamie, esperaba que el padre arrojara el ordenador del niño por la ventana. En cambio, Eddie mete el osito de peluche del niño en la cama de Jamie, gesto dulce pero ineficaz. Eddie y su esposa están contentos de que al menos su hija (la hermana mayor de Jamie) parezca ser una buena chica, pero nunca hablan de lo que hay que hacer para ayudar a otros padres. Me parece claro que, como muchos educadores han estado afirmando durante años, los niños no deben recibir smartphones ni tener acceso a las redes sociales hasta los 16 años, y que su acceso a internet debe ser monitorizado. Un tema clave que no he visto debatido es la privacidad. Está bien respetar la privacidad de los niños, pero solo hasta cierto punto. Los smartphones, PC y portátiles deben ser revisados por los padres con regularidad. Hacer de policía puede ser incómodo y embarazoso, pero como Adolescence advierte siempre es mejor ir sobre seguro. Un exceso de libertad puede tener consecuencias terribles.

Y, por favor, construyamos una infancia mejor. Los niños se lo merecen.