Mis estudiantes de segundo año tienen que escribir un trabajo sobre Great Expectations de Charles Dickens, en el que necesitan citar un mínimo de tres fuentes secundarias. Les doy una lista de 23 temas entre los que pueden elegir, con la única restricción de que solo un máximo de 3 estudiantes puede elegir el mismo tema. De esta manera, la evaluación es personalizada, y no tengo que corregir 60 trabajos idénticos. Los estudiantes también pueden proponer un tema propio, aunque generalmente nadie aprovecha esta oferta.

Una vez seleccionado el tema, los estudiantes deben presentar una propuesta que consiste en un título provisional, un resumen de 100 palabras, cinco palabras clave, una bibliografía de tres fuentes secundarias, tres citas de la novela y tres más de la bibliografía. Esto vale el 10% de la nota final, pero ayuda mucho a escribir el trabajo, que es el 40% de la nota.  Proporciono a los estudiantes una plantilla para que aprendan a editar la propuesta de acuerdo con las instrucciones para autores proporcionadas. También ofrezco una tutoría para enseñarles cómo preparar tanto la propuesta como el trabajo, y hacer una búsqueda bibliográfica. El PowerPoint de la tutoría está disponible en nuestro aula Moodle en el Campus Virtual. También tienen dos documentos más allí: una guía llamada “Writing an Academic Paper” y una guía titulada “Working on Abstracts”. Y un trabajo de muestra que he escrito yo misma.

¿Qué podría salir mal, os podríais preguntar? Varias cosas. Para empezar, hubo una huelga de docentes el día que di la tutoría sobre la propuesta y el trabajo. No me uní a la huelga, pero las colegas que enseñan después de mí sí lo hicieron, con el resultado de que solo 7 de mis 60 estudiantes estaban en clase. No tenían que estar en clase a las 10:00, así que decidieron saltarse mi clase de las 8:30. Había publicado el calendario al comienzo del curso de modo que era fácil comprobar qué estaría enseñando ese día. No pude volver a enseñar la tutoría porque mi apretado programa no lo permite, pero dejé el PowerPoint en el aula Moodle. Esta presentación incluía diapositivas que mostraban cómo usar el catálogo de la biblioteca y cómo usar la base de datos MLA, además de una fuerte advertencia contra hacer una búsqueda básica en Internet, aunque también di información sobre Google Scholar y Google Books, que uso todo el tiempo.  Hice hincapié en que las únicas fuentes válidas que admitiría eran monografías académicas, capítulos en libros académicos colectivos y artículos en revistas académicas. Sin tesinas ni tesis. Las fuentes secundarias tenían que ser posteriores a 1995, aunque los estudiantes podían utilizar fuentes anteriores a 1995 si incluían las tres fuentes obligatorias posteriores a esa fecha.

Acabo de corregir las propuestas y aunque creo que los resúmenes son mejores que el año pasado, la selección bibliográfica es peor y, sin duda, mucho peor que cuando comencé a enseñar este ejercicio en 2009. De hecho, estoy usando esta entrada para explicar a todos mis estudiantes lo que no está funcionando. Hay dos factores solapados  que afectan la adquisición de esta habilidad básica: la falta de familiaridad con los fundamentos del trabajo académico y las dificultades para utilizar las herramientas que facilitan la búsqueda de fuentes.

Así pues, aquí están los conceptos básicos de la vida académica. Los investigadores están en constante diálogo entre sí sobre sus descubrimientos, ya sea en las ciencias o en las humanidades. Este diálogo se mantiene a través de la publicación de trabajos académicos, generalmente en sus tipos de texto: monografías, capítulos en libros colectivos y artículos en revistas académicas. Una monografía es un volumen de un solo autor. Un libro colectivo es un volumen que reúne capítulos de diversos autores, coordinados por el editor o editores. Una revista académica es una publicación periódica que publica artículos y reseñas de libros académicos.

Todos estos textos son publicados por editoriales académicas, a veces asociadas a universidades (como Oxford University Press), a veces parte de un conglomerado (como Taylor y Francis). Todas estas fuentes académicas son validadas a través de la revisión por pares, es decir, necesitan pasar la evaluación de al menos otros dos académicos que las leen, escriben informes y piden modificaciones si es necesario. Una vez que el trabajo está listo, se revisa cuidadosamente, para que el lenguaje esté libre de errores. Pueden encontrar en internet y de forma gratuita publicaciones académicas perfectamente válidas, que emplean un sistema de revisión por pares y son en términos de lenguaje impecables. Sin embargo, la mayoría de las fuentes de calidad requieren pago. Las bibliotecas universitarias tienen la función de adquirir monografías y libros colectivos (que se pueden pedir prestados), y de suscribirse a revistas académicas (que pueden leerse en la biblioteca), para que los estudiantes y profesores/investigadores puedan acceder a una gran variedad de fuentes. Todo esto solía estar disponible solo en papel, pero las bibliotecas universitarias pagan por los servicios en línea para que se pueda acceder a muchos libros (monográficos o colectivos) y revistas desde casa.

Lo que enseño con el ejercicio de la propuesta es cómo comenzar a investigar para un artículo académico. En los comentarios de texto no se utilizan fuentes secundarias: se toma un pasaje y se comenta sobre él, aplicando técnicas de lectura minuciosa. En los trabajos (‘papers’), sin embargo, se entra en el diálogo en torno a un texto literario en particular. A nivel de máster se necesita conocer la mayor parte de la bibliografía publicada sobre un texto para la tesina, pero a nivel de segundo año mi objetivo es que se comprendan los tres tipos de fuentes (monografía, capítulo, artículo) y cómo encontrarlas. Un problema del que soy consciente es que los estudiantes solo reciben capacitación para encontrar fuentes secundarias en el primer año de manera aleatoria, dependiendo del docente. Creo, sin embargo, que todos los estudiantes necesitan capacitarse visitando la biblioteca y tomando cursos sobre cómo funcionan sus recursos, aparte de las clases. Esto es imprescindible.

Así pues, ¿cómo se encuentran fuentes académicas válidas? Bueno, usaré como ejemplo mi propia investigación para mi artículo sobre el abogado Jaggers en Great Expectations (que está pasando ahora un peer reviewing). Comencé con el catálogo de la biblioteca en el que ingresé la búsqueda “Great Expectations” AND Jaggers. Esto se denomina búsqueda booleana (https://moodle2021-22.ua.es/moodle/pluginfile.php/10757/mod_resource/content/26/tema/los_operadores_booleanos.html), ya que utiliza los operadores booleanos AND, OR, NOT para limitar la búsqueda. La portada del catálogo de la biblioteca y la parte superior de la página de búsqueda contienen las palabras «Bases de datos».

Los catálogos y las bases de datos solían ser muy diferentes, pero se están fusionando un poco. El catálogo de la biblioteca tal como funciona ahora incluye tanto las fuentes disponibles en la UAB como las fuentes no disponibles, en lo que está más cerca de ser una base de datos.  Podemos acceder a muchos libros, capítulos y artículos en línea, lo que no era el caso hace unos años. De todos modos, una vez que obtuve una lista de fuentes sobre Jaggers (pocas), revisé la lista de bases de datos  y seleccioné la base de datos  MLA, un recurso enorme que incluye otras bases de datos como JSTOR. Se puede usar JSTOR de forma independiente o Project Muse, pero prefiero MLA, que también los incluye. MLA permite además seleccionar entradas bibliográficas y enviarlas por correo electrónico a tu propia cuenta, incluidos los textos que si están disponibles. Una vez que obtuve todo lo que pude sobre Jaggers, fui a Google Scholar y Google Books, y en una tarde tuve toda la bibliografía que he usado en mi artículo (35 artículos).  Me descargué unos 10 artículos y pude consultar en línea 10 monografías y capítulos más. El resto lo encontré en otros sitios (Google Scholar, Google Books) y en un caso pagando 8 euros por el servicio a la biblioteca.

Si se omite el catálogo de la biblioteca, MLA, JSTOR, Project Muse, Google Scholar y Google Books y se va directamente a Google, se podría terminar en el lugar equivocado. He entrado en la búsqueda “Great Expectations” AND Jaggers en Google y esto me ha llevado a sitios web que publican notas para estudiantes (Cliffnotes, Sparknotes, Gradesaver y así sucesivamente…), artículos que si bien son muy interesantes no son académicos (en periódicos, revistas, blogs), recursos de fuentes académicas y no académicas para estudiantes y/o un público general (The Victorian Web, Encyclopedia Britannica, Wikipedia). NUNCA se puede usar notas para estudiantes en trabajos académicos y, aunque se puede usar un trabajo no académico, esto solo se puede hacer como un extra. Primero completas la bibliografía académica y luego agregas los extras, idealmente consultando con tu profesor/tutor si eso es correcto.

Aquí viene una gran dificultad.  Los libros académicos de calidad ya sean monográficos o colectivos no son difíciles de reconocer. Basta con saber quién es el editor (me refiero a la casa editorial). Si no conoces al editor, busca su página web. Hay diferencias en la calidad, pero también puede se pueden consultar diversas listas para saber quiénes son los más respetados, o esta entrada de Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Rankings_of_academic_publishers.  Las revistas también se clasifican por calidad, y utilizo todo el tiempo la base de datos del MIAR de la Universitat de Barcelona para entender cómo se clasifican: https://miar.ub.edu/. Se puede ver allí, por ejemplo, que el Dickens’s Quarterly ocupa un lugar muy alto (https://miar.ub.edu/issn/0742-5473).

El problema es que no todos los académicos en todas las áreas del mundo están dispuestos a pasar los filtros que garantizan la calidad académica, por lo que en los últimos años estamos viendo una proliferación de revistas de baja calidad sin revisión por pares, sin control de la calidad del idioma, etc. Estas revistas suelen tener títulos genéricos (tratan de literatura y lengua juntas, incluso incluyendo cultura o traducción), no están patrocinadas por una universidad y no aparecen en bases de datos como MIAR. Dado que son fáciles de encontrar en internet, los estudiantes las incorporan a sus bibliografías, pero esto es un error. No estoy diciendo que todos los artículos publicados allí sean basura, lo que estoy diciendo es que, si puedes acceder a fuentes mucho mejores a través del catálogo de la biblioteca, MLA, JSTOR, Project Muse, etc., ¿por qué querrías citar fuentes de baja calidad?

Una palabra sobre las tesis y tesinas. Me encanta tutorizar trabajos de fin de grado y de máster y tesis doctorales, y estoy muy orgullosa de ver que algunas de las tesinas y tesis publicadas en línea llevan muchas descargas. Sin embargo, las tesis t tesinas no dejan de ser ejercicios hechos por estudiantes y por ello no se citan en el trabajo académico. La única excepción son las tesis doctorales que sí se citan en particular cuando cubren un tema que nadie más trata. Hay que preguntarse para qué se descargan los trabajos de final de Grado y de Máster. ¡Espero que no sea para plagiarlos! Creo que se hace para revisar las bibliografías y ver qué se puede encontrar allí. Esta es otra forma de encontrar bibliografía ya que la bibliografía de una monografía, capítulo o artículo generalmente conduce a otras fuentes, y así es como terminas no con tres sino con 300 fuentes. Bueno, pongamos con 30, la cantidad habitual para un capítulo o artículo (mínimo 100-150 para una monografía).

Sé que a los estudiantes les resulta muy difícil encontrar tres citas específicas que sean adecuadas para su tema, y dan prioridad a esto sobre la verificación de si las fuentes son adecuadas en calidad y en rango cronológico. Sin embargo, la investigación académica es un juego con un conjunto de reglas que debes obedecer y practicar. Una dificultad que no sabemos resolver en Estudios Ingleses es que los estudiantes no pueden hacer frente a la lectura tanto de los textos literarios como para añadir además las fuentes secundarias, por lo que poco a poco hemos ido disminuyendo la bibliografía obligatoria hasta que nos quedamos con nada más que pasajes. Siento ser tan boomer, pero en mi tiempo se esperaba que leyéramos tanto literatura como fuentes secundarias y lamento decir que perdimos en una de nuestras reformas absurdas un maravilloso curso llamado ‘Prácticas de literatura Victoriana’ dedicado a leer solo fuentes secundarias.

Terminaré destacando que como profesores-investigadores nuestro trabajo principal, aparte de lo que hacemos en clase, es publicar fuentes secundarias. Todos estamos ocupados escribiendo artículos para revistas y capítulos en libros, y ocasionalmente editando volúmenes colectivos. Escribir monografías de 300 páginas lleva tiempo, algo siempre es difícil de encontrar, pero creo que todos los especialistas en Humanidades deberían publicar al menos una o dos a lo largo de sus carreras. Si tienes curiosidad, esto es lo que he publicado hasta ahora: https://webs.uab.cat/saramartinalegre/publications/.

Espero que esto aclare algunos puntos importantes y lleve a los estudiantes a encontrar mejores fuentes secundarias, no solo para el trabajo sobre Dickens sino para todo los trabajos de literatura y cultura y el TFG. Como digo, la práctica es crucial. Por lo tanto, hay que familiarizarse con el catálogo de la biblioteca y las bases de datos y disfrutar haciendo búsquedas bibliográficas. Muchos de nosotros los académicos profesionales encontramos que es una especie de trabajo de detective divertido, y nos encanta cuando aparece una fuente inesperada que se ajusta perfectamente a lo que necesitas decir. Tan solo hay que buscar allí donde toca y acaban apareciendo.