Continuando con el tema de mi post anterior, y porque he estado preparando una charla sobre ella, me gustaría centrarme aquí en una bruja verdaderamente mala: Bellatrix Black Lestrange. Bellatrix ha sido objeto de algunos trabajos académicos, ninguno dedicado solo a ella (todos visibles en Google Scholar; la base de datos MLA no lleva nada sobre ella). Ella aparece analizada junto con otras brujas malas (la periodista Rita Skeeter, la maestra y burócrata Dolores Umbridge) o con su némesis, la bruja buena Molly Weasley. Paradójicamente, el capítulo de Gráinne O’Brien “Witch or bitch? An Examination of Two ‘Bitch’ Female Characters in the Harry Potter Series” (The Evil Body, April Anson (ed.), 2011, 121–131) analiza tanto a Bellatrix como a Molly como ‘perras’, con el razonamiento que la maternal Molly también posee un lado negativo, razón en última instancia por la que mata a Bellatrix. Posiblemente.

            Me ha parecido más interesante el artículo de S. Everton et al. “Strong Ties and Where to Find Them: or, Why Neville and Bellatrix Might Be More Important than Harry and Tom” (Social Network Analysis and Mining 12, 112 (2022), https://doi.org/10.1007/s13278-022-00947-z). Este curioso artículo examina el Ejército de Dumbledore y los Mortífagos como organizaciones sociales para argumentar que mientras que el primero está construido sobre la base de una fuerte confianza mutua “para así soportar el estrés y la incertidumbre”, los Mortífagos no son una red resistente porque están vinculados a través de su miedo común a Voldemort. En este contexto, el papel de Bellatrix es central. Los datos que Everton et al. recogen “presentan a los Mortífagos mejor clasificados en términos de grado, cercanía, intermediación y centralidad del vector propio. [Bellatrix] ocupa el primer lugar en los cuatro casos, y solo Lucius Malfoy rivaliza de cerca con ella. Por lo tanto, no es casualidad que ella sea una de las pocas que no abandona a Voldemort en la batalla final, y es apropiado que ella sea la última en morir antes de que Voldemort llegue a su fin”. Sin embargo, señalan, desafortunadamente “los lectores suelen ver la prominencia de Bellatrix más como una función de su psicopatología que [de] su centralidad” como personaje con una función narrativa clave.

            El arco narrativo de Bellatrix la llevó originalmente a la muerte, en 1998 con 47 años, como la sirvienta más devota del villano Voldemort. Lamentablemente, Rowling le dio una especie de vida después de la muerte en ese desastre absoluto que es la obra Harry Potter y el legado maldito (2016). Escrita por Jack Thorne, basada en una historia original escrita por J. K. Rowling, John Tiffany y el propio Thorne, la obra supone que en el transcurso de la última novela, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (2007), Bellatrix mantuvo una aventura adúltera con Voldemort (ella está casada con su compañero Mortífago Rodolphus Lestrange), sin que nadie se diera cuenta de su embarazo o del nacimiento de su hija Delphini. Como Delphini, ya con 18 años, informa en la obra, el bebé nació en Malfoy Mannor antes de la batalla de Hogwarts. Hay precedentes de embarazos silenciados de grandes personajes femeninos. Cathy, por ejemplo, está embarazada en todo el segmento de Cumbres borrascosas cuando Heathcliff regresa, pero Brontë no menciona su condición. Rowling ocultó que Dumbledore es gay, pero eso es muy sencillo en comparación con ocultar a una mujer embarazada apoyando a Voldemort durante la crisis principal. Hermione, generalmente tan observadora, no hace ningún comentario; Narcissa, hermana de Bellatrix y presunta partera, también guarda silencio. Más allá del giro melodramático de la trama, lo más lamentable del ship Bellamort es cómo distorsiona las motivaciones de Bellatrix para apoyar a Voldemort, degradándola de su teniente más fiable a tan solo su amante embelesada.

            Un asunto que me desconcierta sobre el mundo mágico de Rowling es que es difícil ver las aplicaciones positivas de la magia, pero muy fácil ver las malas. Al mismo tiempo, el arco narrativo de Voldemort, con sus intentonas fascistas de conquistar el poder en 1970 y nuevamente en 1997, no tiene nada en sí mismo que sea intrínsecamente mágico. El propio Voldemort y los Mortífagos son muy diestros en las artes oscuras, pero la violencia que usan para abrirse camino hacia poder es parte de los mismos métodos que todos los dictadores de la vida real han utilizado. Bellatrix, a quien Harry llama una bruja “con habilidad prodigiosa y sin conciencia” (Las Reliquias de la Muerte, cap. 23), es una sádica torturadora y asesina del tipo que muchas dictaduras han empleado.

            La falta de conciencia de Bellatrix, es decir, de empatía, es la base de la psicopatología que Everton et al. mencionan. Dado que Harry, por el contrario, posee conciencia, no puede usar la maldición Crucio para torturar a Bellatrix justo después de que ella mate a Sirius, su propio primo y el padrino de Harry. Ella desprecia el amor del chico por Sirius y se mofa: “‘Nunca habías usado una maldición imperdonable, ¿verdad, chico?’, gritó. Ya había abandonado su voz de bebé. “¡Tienes que sentirlas, Potter! Necesitas realmente querer causar dolor, disfrutarlo, la ira justa no me hará daño por mucho tiempo, te mostraré cómo se hace, ¿de acuerdo? Te daré una lección’” (Harry Potter y la Orden del Fénix, cap. 36). Bellatrix revela así que sus propias maldiciones funcionan porque es una sádica. Como bruja Bellatrix puede ser lo opuesto de la vieja y fea hechicera estereotipada, pero ella es claramente descendiente del clásico secuaz que adula a un villano siempre imposible de complacer. Se trata de un tipo muy común, con quizás la única novedad en este caso de que Bellatrix es una mujer.

            Nacida en 1950 en el seno de la ilustre familia Black, Bellatrix es la mayor de tres hermanas. Narcissa se casa con Lucius Malfoy, pero Andrómeda escoge a Ted Tonks, de origen Muggle, siendo inmediatamente repudiada por su familia. Bellatrix es educada en Hogwarts entre 1962 y 1967, más o menos, y allí conoce entre otros estudiantes de Slytherin, a su futuro esposo, Rodolphus Lestrange. Ella se casa con él, posiblemente con alrededor de 20 años, le dice Sirius a Harry con desprecio, porque éste es el tipo de “matrimonios encantadores y respetables de sangre pura” que los Black respetan.

            En 1970, cuando Tom Riddle da su primer golpe como Lord Voldemort, Bellatrix, su marido, su cuñado Rastaban y otros jóvenes Mortífagos entusiastas lo ayudan. En 1981, después de que Voldemort no logre matar a Harry y quede incorpóreo, su régimen cae. Bellatrix y su círculo más cercano son enviados a Azkaban, específicamente por el crimen de torturar hasta dejarlos en un coma permanente a los padres de Neville. Harry recuerda haber visto a Bellatrix en el Pensieve de Dumbledore, “una mujer alta y de piel y cabellos más bien oscuros, con párpados caídos, que se había presentado a su juicio y proclamando su continua lealtad a Lord Voldemort, su orgullo de haber tratado de encontrarlo después de su caída y su convicción de que algún día sería recompensada por su lealtad”. Con su habitual crueldad contra el padrino del chico, Rowling hace que Harry reflexione que “Al igual que Sirius, [Bellatrix] conservaba vestigios de un gran atractivo, pero algo, tal vez Azkaban, se había llevado la mayor parte de su belleza”. En los 15 años que Bellatrix pasa en la horrenda prisión, entre los 30 y los 45, antes de su fuga en 1996, su supremacismo y psicopatología se intensifican. Su risa de loca es de hecho un signo de una mente desequilibrada al borde del colapso.

            Rowling no describe el matrimonio Lestrange, pero el esposo de Bellatrix nunca parece estar celoso de Voldemort. Él sobrevive a la batalla de Hogwarts para ser enviado a Azkaban suponemos que de por vida. Como Delphini afirma en la obra, Rodolphus es la persona que le revela quiénes son sus padres. Esto debería ser una fuente de amargura para él, ya que él y Bellatrix no tienen hijos y el nacimiento de Delphini indica que Rodolphus debe ser estéril. Sin embargo, la cuestión nunca se plantea. Sobre la base de pura especulación, así pues, asumo que Rodolphus ve la adoración que su esposa demuestra hacia Voldemort como una postura política que también comparte o simplemente no le importa si Bellatrix tiene relaciones sexuales con Voldemort.

            Rowling siempre presenta la relación entre Bellatrix y Voldemort que, recordemos, es 25 años mayor, como una cuestión de lealtad por el lado de ella y de confianza por el de él. Sin embargo, aunque Voldemort rescata a Bellatrix del Ministerio de la Magia después del intento fallido de Harry de torturarla, ésta parece ser su única indulgencia hacia ella. Voldemort más tarde se burla de Bellatrix con la noticia de que su sobrina mestiza Nymphadora Tonks se ha casado con el hombre lobo Remus Lupin. Sin embargo, hay un momento extraño en Las Reliquias de la Muerte que sugiere que podría haber una relación sexual entre el villano y su lugarteniente. En el capítulo 36, Harry se deja asesinar aparentemente, y mientras se hace el muerto, escucha a Bellatrix tratando frenéticamente de atraer la atención de Voldemort para rendirle homenaje. “Era la voz de Bellatrix”, informa Rowling a través de Harry, “y ella hablaba como se le habla a un amante” (cursivas añadidas). Cansado, Voldemort la detiene con un cortante “Ya basta”. Es muy posible leer su reacción como la de un amante que comienza a cansarse de su compañera. Más tarde, cuando ella es asesinada por Molly en un duelo que Voldemort observa, él grita y desata una furia tan profunda que Harry, todavía oculto, revela su presencia para detenerlo. El grito de rabia también podría leerse como un signo de desesperación de un amante que ha perdido a su amada; aun así, mantengo que Voldemort expresa el dolor de la pérdida de su lugarteniente más fiel, el único Mortífago que realmente lo ama como su líder.

            El nacimiento de Delphini también contadice uno de los rasgos fundamentales que caracterizan a Bellatrix: que ella no es madre. En el universo de Rowling, las madres ocupan una posición central: la madre de Harry, Lilly, es constantemente honrada por su sacrificio para salvar a su bebé; Molly Weasley es idealizada como una madre mandona pero devota. Además de torturar a los padres de Neville, a Hermione y al duende Griphook, Bellatrix mata a Sirius, al elfo doméstico Dobby e intenta matar a Ginny Weasley en la batalla de Hogwarts. Molly, que ya ha perdido a uno de sus hijos gemelos, Fred, no acepta sacrificar a su hija, de ahí que le grite a Bellatrix “¡Mi hija no, perra!” Su duelo parece estar muy desequilibrado a favor de Bellatrix, pero así como Sirius subestima las habilidades de Bellatrix, ella subestima las de Molly, quien la alcanza con una maldición Avada Kedrava como ella alcanzó a su primo: con todas sus fuerzas, nacidas de todo su odio. La bruja mala muere, así pues, cuando la bruja buena decide dejar de serlo para proteger a sus hijos; la de Molly es un tipo de violencia justificada que Rowling respalda. Si Bellatrix fuera madre, habría entendido la ira de Molly e incluso tal vez la decisión de su hermana Narcissa de traicionar a Voldemort por el bien de su hijo Draco. Es por eso que el giro de trama de la obra es tan absurdo.

            Llamar a Bellatrix loca o malvada es simplemente superficial. Ella es una bruja mala porque ha sido criada en una familia supremacista, como parte de una cultura supremacista. Su sadismo natural y su falta de empatía la convierten en una Mortífaga ideal, a lo que también contribuye su sincera adoración de Voldemort. Bellatrix no busca su propio empoderamiento, como han hecho las esposas de otros dictadores (pensad en Imelda Marcos), pero no es una admiradora pasiva como lo fue Eva Braun de Hitler. Bellatrix está, quizás, más cerca de Magda Goebbels, la leal esposa y madre que mató a sus propios hijos y se suicidó justo antes de la caída de Hitler. La principal recompensa de Bellatrix es ser vista como el esbirro más fiable de Voldemort, por lo que solo Snape, que sabe que ésta es su principal debilidad, tiene el poder de socavar su autoestima. En este sentido, su punto más bajo ocurre cuando los Mortífagos no logran recuperar la profecía del Ministerio, fracaso del cual Voldemort la culpa y que le hace pedir perdón humillada a sus pies, mientras tiembla de miedo.

            En resumen, sin Voldemort, Bellatrix habría sido solo una mala persona. Con él, ella desata todo su potencial para ser la bruja más malvada, subordinando sus poderes a la sed de poder del villano.