Nuestras premisas epistemológicas y teóricas articulan las dimensiones biológicas, psíquicas y sociales de la vida humana desde una perspectiva sociológica crítica, feminista y psicoanalítica. Específicamente, tomamos como referencia el marco interaccionista que entiende de forma dialéctica la relación entre esas dimensiones. Partimos del supuesto de que existe una dimensión biológica que posibilita la existencia humana, pero esta dimensión ni explica ni causa sus comportamientos, significaciones, acciones, desigualdades, poder, etc. Considerem la dimensió biològica com l’equipament que fa possible l’existència humana en una pluralitat de vies que no pot predir ni predeterminar. La dimensió biològica està en interacció amb les dimensions psíquiques i socials. Asimismo, la dimensión biológica, como posibilidad abierta, lo está también a modificaciones y alteraciones no naturales sino sociales. Desde esta perspectiva lo social tiene impacto en la biología de forma mediata (a través de la dimensión psíquica) e inmediata (a través del medio). Esto implica entender que la naturaleza humana no se puede explicar de forma independiente de lo social y de lo psíquico. Tenemos especial interés en desligar las concepciones dualistas entre cuerpo y mente, cuerpo y cultura, biología y sociedad.

Definimos la corporalidad como producto y como productor de la vulnerabilidad de género, de la orientación sexual y de los imperativos institucionales que la sustentan, bajo relaciones de poder, de dominio y de explotación. En nuestros estudios y encuentros privilegiamos como eje de aproximación la articulación de las relaciones de género, de sexo, de sexualidad, de clase y de edad en la producción de la corporalidad y de la subjetividad en el actual contexto occidental objetivado en instituciones capitalistas y patriarcales, históricamente producido. Prestamos especial atención a los ámbitos de la salud, del trabajo y del deporte. Nuestra aproximación es crítica en cuanto el conocimiento científico que producimos tanto si se trata de investigación fundamental no orientada como si se trata de la elaboración de diagnósticos. Se apoya en una ética que somete a crítica los fines del conocimiento científico, su impacto sobre el bienestar humano y su contribución a reducir el sufrimiento evitable, especialmente el referido a la desigualdad sexual, de género, de orientación sexual, de clase y de diversidad funcional.