Cuando comenzamos a trabajar en el nuevo plan de estudios de 2021, mis colegas de Literatura Inglesa y yo llegamos a la conclusión de que nuestros estudiantes tienen muy poco contacto con el mundo contemporáneo. Nuestros alumnos toman en el primer año una Introducción a la literatura inglesa, que cubre básicamente el siglo XX británico e irlandés, comenzando con “The Sisters” (1914) de James Joyce. En el tercer año toman otra troncal, Literatura de los Estados Unidos III: De 1950 al presente, con On Earth We’re Briefly Gorgeous (2019) de Ocean Vuong soportando la onerosa tarea de representar todo el siglo XXI. Algunas de nuestras asignaturas optativas (Poesía y Teatro Inglés Moderno, Prosa en Inglés, Crítica Literaria en Inglés, Estudios de Género en Países de Habla Inglesa, Estudios Culturales en Países de Habla Inglesa, Literatura Inglesa y Guerra, Los Grandes Autores de la Literatura Inglesa, Enseñanza de la Literatura en Inglés o Estudios Transnacionales en Países de Habla Inglesa) pueden centrarse en el siglo XXI, pero dado que solo enseñamos cinco cada año y no son obligatorias (¡lógicamente!), acordamos introducir como nueva asignatura troncal Literatura Contemporánea en Inglés: siglos XX y XXI.

            Hasta ahora, nuestra licenciatura solo ha tenido una asignatura obligatoria en el cuarto año: la tesina de Grado. Esto significa que los estudiantes que no son aficionados o a la Literatura o a la Lengua/Lingüística podían centrarse exclusivamente en las asignaturas optativas de su área preferida. A partir de 2024-25 esto ha cambiado, y los estudiantes ahora deben cursar 12 créditos ECTS más obligatorios, restando créditos de las optativas: 6 de Literatura Contemporánea en Inglés: Siglos XX y XXI y 6 de la otra nueva asignatura troncal Seminario de Expresión Oral y Escrita Avanzada en Inglés. Esta asignatura está pensada principalmente para mejorar sus habilidades académicas, y no anticipo que genere ninguna objeción o problema. Me preocupa, sin embargo, cómo reaccionarán los estudiantes que no leen (que son la mayoría) a la nueva Literatura Contemporánea. Dudo que sea con entusiasmo. De ahí mi loco temario… Seguid leyendo…

            Como informé en mi post anterior, llevo tres décadas enseñando Literatura Victoriana, siempre sobre la base de una selección de textos, que desde 2009 con la nueva titulación de Grado ha bajado de cinco a cuatro novelas completas. Siempre ha habido muchos más escritores vivos de los que cualquier asignatura de Literatura puede reflejar, incluso si nos remontamos a la Edad Media. Por lo tanto, siempre trabajamos con una lista muy corta basada en el principio de que un graduado de Estudios Ingleses debe haber leído algunos autores canónicos clave y algunas figuras de segundo nivel. Cuanto más nos acercamos al presente, más problemática se vuelve la selección, no solo porque actualmente hay más autores vivos que en toda la historia de la literatura inglesa, sino también porque es difícil entender cuáles son los textos clave que mejor representan el siglo XXI y que presumiblemente podrían sobrevivir al paso del tiempo. La solución a este problema es ampliar las listas de lectura (he visto algunas que son realmente brutales) o centrarse muy estrechamente en los cuatro textos habituales. Ahora bien, Anne Brontë, Charles Dickens, H. Rider Haggard y Bram Stoker pueden ser suficientes como representantes de la época victoriana, pero tratad de pensar en cuatro nombres y novelas desde 1990 y veréis que es mucho más difícil hacer una buena elección.

            El camino experimental que estoy ya tomando es radicalmente diferente: estoy preparando lotes de cuatro libros para cada estudiante. El título de la asignatura Literatura Contemporánea en Inglés: siglos XX y XXI es un poco engañoso porque mis colegas y yo acordamos que la asignatura abarcaría desde 1990 en adelante. Como mencioné en mi post anterior, los estudiantes leen en primer año la novela de Kazuo Ishiguro The Remains of the Day (1989), por lo que 1990 parece un buen punto de partida. También decidimos que la literatura contemporánea no debía limitarse a la ficción británica. Por lo tanto, cada estudiante tendrá que leer cuatro libros escritos originalmente en inglés publicados entre 1990 y 2023: 1) una novela literaria de los EE. UU. o el Reino Unido, 2) una novela literaria de cualquier nación excepto los EE. UU. y el Reino Unido (es decir, una novela transnacional), 3) una obra de ficción popular de cualquier nación anglófona, 4) una obra de no ficción (autobiografía, memorias, periodismo narrativo, ensayo) también de cualquier nación anglófona.

            Ya he redactado la lista con los lotes de libros, proceso que no ha sido nada fácil. Para empezar, no sé cuántos alumnos tendré, así que he planificado lotes para entre 35 y 68 alumnos. Para complicar aún más las cosas, decidí que, para evitar que los estudiantes leyeran cuatro libros publicados en el mismo año, cada uno de sus libros debería pertenecer a un período diferente: libro 1 (1990-1997), libro 2 (1998-2006), libro 3 (2007-2014), libro 4 (2015-2023). Esto significa que, por ejemplo, el estudiante A leerá un libro de no ficción de 1992, una novela literaria del Reino Unido o EE. UU. de 2000, una novela transnacional de 2011 y una novela popular de 2018, mientras que el estudiante B leerá una novela popular de 1995, un libro de no ficción de 2002, una novela literaria del Reino Unido y EE. UU. de 2009 y una novela transnacional de 2021. Y así sucesivamente.

            He elaborado una lista gigantesca de casi 300 libros, que sigue creciendo. Inicialmente, decidí poner en esa lista 2 libros de cada tipo por año (es decir, 8 en total), que seleccioné usando GoodReads (tienen listas para cada año) y diversos premios (Man Booker, Pulitzer, National Book Award, y otros como el Miles Franklin, Nebula, Hugo, Arthur C. Clarke, y un puñado más). Si esto suena a tarea muy penosa, creedme cuando digo que ha sido muy divertido. Está siendo aún muy divertido, ya que no he terminado. Me estoy encontrando con más y más libros interesantes, y estoy empezando a romper mi propia regla de usar solo ocho libros por año; al final, algunos estudiantes tendrán la opción de elegir entre dos títulos para alguna de sus cuatro categorías. He excluido en cualquier caso los libros extra largos de más de 450/500 páginas, y algunos otros que sé que no funcionarán. Hoy mismo he eliminado de la lista la muy decepcionante novela de Julian Barnes The Sense of an Ending, pero he decidido dejar la antología de relatos de Alice Munro Open Secrets: Stories, a pesar del enorme escándalo causado por las revelaciones de su hija de que la autora sabía que había sufrido abusos sexuales por parte de su padrastro. Al estudiante que tenga a Munro en su lote le dará una segunda opción, por si acaso.

            Para ser sincera, no estoy segura de cómo he distribuido los libros, pero los lotes pintan muy bien (publicaré la lista en mi web cuando termine el semestre), y cada uno podría usarse potencialmente para toda la asignatura. Teniendo en cuenta la aleatoriedad de todo el procedimiento, aún ha quedado bastante bien. ¿He leído los 300 libros? Noooo…. He leído más o menos la mitad a lo largo de las últimas tres décadas y media. Ahora estoy leyendo muchos de ellos, ya que estoy empezando a ver que no todos los libros pueden funcionar bien (y descubriendo muchos títulos estupendos que me había perdido). He dejado en la lista libros que no me gustan o que he abandonado porque, he aquí el meollo de la cuestión, voy a enseñar a los estudiantes a escribir reseñas, que es algo que ningún otro docente de mi Departamento está haciendo. Tendrán que formarse sus opiniones más allá de mis propias preferencias, y eso sí va a ser un reto ya que hasta ahora han sido entrenados para redactar trabajos académicos en los que la opinión sobre el texto estudiado no es un elemento central.

            Si me seguís, tratad de imaginar una clase de, digamos, 45 estudiantes, cada uno con cuatro libros diferentes que leer (los asignaré al azar, posiblemente solo siguiendo el orden alfabético de la lista). En las dos primeras semanas impartiré a los alumnos una breve introducción a la historia actual, la industria editorial y las principales tendencias literarias. Luego comenzaremos a trabajar en bloques de tres semanas, uno por cada subperíodo (1990-1997, 1998-2006, 2007-2014 y 2015-2023). Las sesiones consistirán en lo siguiente: en la primera mitad (40 minutos), leeremos reseñas de todo tipo de publicaciones y sitios web de prestigio y de redes sociales como GoodReads. En la segunda mitad (40 minutos) los estudiantes hablarán con sus compañeros sobre los libros que están leyendo y sobre cómo los reseñarán. Cada tres semanas, así pues, los estudiantes leerán un libro y escribirán una reseña, pero también oirán hablar de muchos otros libros en conversación con sus compañeros. Si, por ejemplo, la clase tiene 45 estudiantes, recibirán información sobre 176 libros, aparte de los cuatro que lean.

            Ya he utilizado muchas veces la enseñanza invertida, con estudiantes que se enseñan entre sí usando diferentes textos. En mi asignatura de máster más reciente, por ejemplo, cada estudiante ha trabajado cuatro películas, pero han aprendido sobre 42 más de sus compañeros. Mi récord se estableció en 2020, cuando los 45 estudiantes de mi curso de Estudios Culturales se enseñaron unos a otros lecciones sobre 90 documentales; se pueden leer sus artículos en Focus on the USA: Representing the Nation in Early 21st Century Documentary Film. La novedad en Literatura Contemporánea es que en lugar de presentaciones de 10 minutos frente a toda la clase, usaré la conversación. Los alumnos tendrán que llevar un registro de con quién hablan y qué libros están leyendo y tendrán que entregar su lista al final de la asignatura. En esta ocasión no pretendo publicar un e-book con sus reseñas, aunque no he descartado por completo esta opción por dos razones. Una es que la UAB no me permite incluir la publicación de las reseñas de los estudiantes en GoodReads, como quería hacer originalmente, porque se trata de una plataforma externa. Me estoy planteando abrir un blog, que podría durar tantos años como se imparta la materia, pero no sé si la UAB querrá. Ahora mismo estoy esperando que el equipo que lleva las webs responda.

            Si el experimento fracasa estrepitosamente, volveré a la enseñanza tradicional basada en un conjunto común de libros para todos los estudiantes. Si funciona, ya tengo preparada la materia para muchos años, ya que lo mejor de los lotes de cuatro libros es que se pueden usar tantas veces como se quiera y con muchos estudiantes diferentes. Además, estoy aprendiendo mucho y sorprendiéndome en muchos sentidos. También estoy algo decepcionada. Es evidente que la década de 1990 fue una década literaria asombrosa en las cuatro categorías de las que me ocupo. En las décadas más recientes, hay un declive palpable en la calidad literaria general y en el interés narrativo, con muchos autores que no logran establecer carreras duraderas y muchos libros sobrevalorados que son en realidad bastante pobres. La novela literaria ya no es ambiciosa, la novela popular es poco original. Diría, sin embargo, que la no ficción sigue siendo muy fuerte y va ganando en fuerza. Ha sido un reto, por cierto, elegir a los autores literarios fuera del Reino Unido y los Estados Unidos, ya que no estoy realmente familiarizada con la ficción transnacional más allá de unos pocos nombres clave. Tengo ahora, sin embargo, una maravillosa lista de lecturas para los años venideros.

            Os mantendré informados, como siempre.