Arnau de Vilanova se inscribe en el galenismo arabolatino que llega masivamente con las traducciones de Galeno y de los autores médicos árabes y que domina la medicina bajomedieval. Ante esta avalancha de nuevos textos Arnau opta por dar prioridad a recuperar directamente a Galeno y los escritos que, a su juicio, permiten comprenderlo, frente a otras corrientes médicas que se inclinan por la síntesis de Avicena (Canon), por Aristóteles según la interpretación de Averroes o por una aproximación empirista a la atención al enfermo. Su declarado antiverroismo está en consonancia con su concepción epistemológica de la medicina. Por otro lado, vale la pena preguntarse cuál era el auténtico peso de la magia natural y la astrología en su medicina, una presencia real pero minoritaria, sobredimensionada por la leyenda arnaldiana.