Durante siglos el nombre de Arnau de Vilanova se ha vinculado a las más variadas artes ocultas, que habían llegado con las ciencias grecoarábicas -la magia, la nigromancia, la astrología, la alquimia, la oniromancia- hasta convertirse en una figura arquetípica de maestro ocultista, mientras que se le atribuían espuriamente numerosas obras pertenecientes a estas disciplinas. Ahora bien, ¿qué hay de verdad tras esta fama? La verdad es que Arnau fue uno de los autores que encabezó el proceso de racionalizar e incorporar a la medicina galenista bajomedieval procedimientos terapéuticos procedentes de la magia natural y de la astrología.

En efecto, en algunos de sus tratados teóricos desarrolla el concepto de proprietas, que también denomina “virtud oculta” porque ni sus causas ni sus efectos pueden ser plenamente comprendidos por la razón humana, en contraposición a las cualidades complexionales, previsibles por la razón, y pone como ejemplo los efectos de un imán. Por consiguiente, en algunos de sus escritos de medicina práctica aconseja remedios de este tipo, como aplicar las patas de una rana, de una tortuga o una águila sobre los pies para calmar el dolor de la podagra.

Consta que a partir de 1300 Arnau empezó a usar algunas medidas terapéuticas basadas en la astrología. En concreto, advierte de que se deben evitar condiciones adversas al practicar la sangría y recomienda aplicar sellos o medallas astrológicas sobre los miembros afectados por el dolor, como hizo para liberar del dolor provocado por su mal de piedra al Papa Bonifacio. Ambas indicaciones se basan en la melotesia zodiacal, según la cual cada parte del cuerpo humano cae bajo la influencia de un signo del zodíaco.

Eran recursos muy llamativos en su época y aún más hoy en día. Pero es importante advertir que este tipo de recursos eran muy secundarios en la medicina de Arnau: la gran mayoria de sus medidas terapéuticas no están basadas en la astrología y la magia sino en la dieta y los medicamentos compuestos de base complexional. En conclusión, el interés de Arnau por lo oculto no traspasó nunca los límites más o menos tolerados por la élite intelectual de su tiempo, en consonancia con el ataque sistemático a las bases intelectuales de la nigromancia contenido en el De reprobacione nigromantice ficcionis.

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Ilustración: Homo astrologicus que ilustra los puntos para realizar la sangría en un manuscrito hebreo que incluye un extracto del De iudiciis astronomiae (MS París, Bibliothèque Nationale , Hébreu 1182, f. 264v). Procedencia: Wikimedia.