Además de las traducciones, cultivó la gran mayoría de géneros de la literatura médica, tanto teórica como práctica: el comentario a las autoridades, el tratado teórico, el aforismo, la summa o compendio –teórico (speculum) y práctico (practica)–, el consilium o tratamiento específico dirigido a un paciente determinado, la monografía especializada en una enfermedad, el regimiento de sanidad y, quizá, el antidotario. Por las referencias internas o externas y algunas dataciones explícitas se ha intentado elaborar una cronología aproximada de los escritos médicos arnaldianos, pero resulta más difícil de establecer que la de los religiosos, dado que en la mayor parte de ellos no consta del año de composición. Las referencias internas también permiten saber el título de dos obras perdidas: Epistola de elementis y De integritate medicine, aparte de algunos comentarios más. Por otro lado, la gran fama de Arnau como médico provocó que durante siglos se le atribuyesen muchas obras anónimas o de otros autores menos conocidos, no solo de medicina sino también de otros saberes, como oniromancia, agronomía o alquimia. La investigación reciente ha expurgado el corpus arnaldiano de la mayoría de estos escritos apócrifos pero aún quedan algunas obras cuya autenticidad permanece en discusión.