Acabo de “publicar” en el Depósito Digital de Documentos de la Universitat Autònoma de Barcelona (DDD) los materiales que he utilizado durante el curso 2024/25 para impartir las asignaturas de Derecho mercantil I y II en el doble grado de ADE + Derecho. Se trata de un documento de 300 páginas que recoge casos prácticos, ejercicios, textos de apoyo y diversas actividades que he diseñado semana a semana, con la voluntad de ofrecer una docencia lo más completa posible. Las lecciones 1 a 14 contienen los ejercicios correspondientes a la asignatura Derecho mercantil I, y las lecciones 15 a 27 los de Derecho mercantil II. Se trata de dos estudios semestrales, de 9 y 6 créditos ECTS respectivamente, que he impartido a lo largo de 15 semanas cada una, siguiendo el mismo esquema.

De acuerdo con el modelo docente de la Facultad de Derecho de mi universidad, las clases se dividen en teoría y seminarios, de modo que cada semana el alumnado tiene una clase teórica (Derecho mercantil II) o dos (Derecho mercantil I) y otra de seminario. Además, como creo en el Plan Bolonia, mis estudiantes deben preparar por su cuenta una parte de las asignaturas, aunque siempre bajo mi dirección. Por ello, les pongo tareas que deben realizar semanalmente. Es lo que denomino “Trabajo Fuera del Aula” (TFA). Ambas actividades tienen recompensa, pues computan en la nota final. El examen teórico vale 5 puntos sobre 10, los seminarios 2 y los TFAs 3.

Como podrán comprobar, no hay materiales relativos a la totalidad del contenido de Derecho mercantil I y II. La razón es que los ejercicios, casos, textos, etc. buscan complementar la teoría explicada en clase. Las asignaturas que imparto son tan extensas que no dispongo de tiempo suficiente para explicarlas detenidamente durante las sesiones teóricas. Sus 9 y 6 créditos solo me permiten ofrecer una visión muy general. Para complementar las explicaciones o profundizar en algunos temas, utilizo tanto los seminarios como el trabajo fuera del aula.

Existen dos factores más que influyen en la selección de contenidos. El primero es el interés del alumnado. Aunque planifico durante el verano las sesiones y contenidos del curso siguiente y, al comenzar el mismo, publico un cronograma con las lecciones y actividades de cada semana, soy flexible y procuro adaptarme a los acontecimientos del curso y a las preferencias de los discentes. El segundo factor es la oportunidad de invitar a profesionales del mundo del Derecho mercantil que puedan ayudar a mis estudiantes a decidir su futuro o faciliten su integración laboral. Por ejemplo, el curso pasado tuve la suerte de que dos abogados mercantilistas y una persona del departamento de recursos humanos de un despacho mediano con gran proyección aceptaran la invitación de venir a la UAB para explicar en qué consiste su trabajo, cómo lo desarrollan, qué buscan en una persona a la hora de contratarla y cómo afrontar un proceso de selección. Aunque durante sus intervenciones no pude avanzar en el programa, estoy convencido de que sus explicaciones y consejos fueron muy provechosos para mis estudiantes. Además, nos permitió romper con la rutina y retomar el trabajo con mayor entusiasmo.

Por otro lado, cada curso cambio la mayor parte de los ejercicios y materiales. Por ejemplo, en el que está terminando he puesto el acento en el Registro Mercantil, haciendo que el alumnado lea lecciones de manuales, analice documentos judiciales o administrativos y resuelva casos prácticos. Probablemente, el curso próximo le dedicaré más tiempo a la teoría y aprovecharé los seminarios y los TFA para profundizar en la contabilidad, la responsabilidad por productos defectuosos o los negocios sobre el establecimiento mercantil. Y ya en este momento, amenazo con la publicación de los contenidos del próximo curso, que espero que sean bastante distintos de los actuales.

En cuanto al tipo de actividad, intento también que sea variado; es decir, no repito cada semana el mismo ejercicio con contenido diverso, sino que los cambio con el objetivo de ofrecer la formación más completa posible. Eso sí, doy mucha importancia al análisis legal y jurisprudencial, ya que será la tarea principal de quienes se dediquen profesionalmente al Derecho y no a la Administración y Dirección de Empresas. Y me sorprende que, estando ya en cuarto curso, estén tan poco acostumbrados a buscar y aplicar normas jurídicas o a diseccionar sentencias y otras resoluciones. Seguramente se debe a que muchos profesores se centran más en los conocimientos teóricos; prefieren que los estudiantes aprendan lo que se explica en clase y los evalúan en función de la retención de esos conocimientos. No comparto del todo esta metodología docente. Creo que el alumnado aprende mucho haciendo y que es muy importante que adquieran soltura con la legislación y la jurisprudencia.

Eso no significa que nos dediquemos a estudiar la ley al pie de la letra. Además de no disponer del tiempo necesario —debido a la inflación normativa y jurisprudencial que padecemos—, sería poco útil, como ya señaló Julius Hermann von Kirchmann: “Tres palabras rectificadoras del legislador y bibliotecas enteras se convierten en basura.” En mi modesta opinión, es preferible explicar cuáles son las principales normas, a qué conflictos de intereses responden, qué soluciones adoptan y qué principios se derivan de ellas.

A la hora de preparar materiales, ejercicios y actividades, intento seguir el siguiente cuatrinomio: buscar y seleccionar, analizar, argumentar y exponer. Debido a la avalancha de información y recursos jurídicos de la que disponemos hoy en día, es muy importante que los estudiantes de Derecho aprendan a buscar los elementos que necesitarán en su trabajo y, sobre todo, a seleccionarlos. Me atrevería a decir que esto último es incluso más útil que lo primero. Una vez elegidos, deben que analizarlos y separar el grano de la paja. Es clave discernir qué es importante y qué no, para poder centrar la atención en los elementos vitales de un problema y prescindir de aquellos que sólo nos harán perder el tiempo. En tercer lugar, argumentar. Saber encontrar razones que convenzan al destinatario de nuestro discurso —sea cual sea nuestra posición— es fundamental. Tanto como lo es saber exponer, ya sea oralmente o por escrito.

Por último, quiero añadir que algunos materiales están desordenados; o mejor dicho, no aparecen en la lección que les correspondería. No se trata de un error, sino de una decisión tomada con toda la (mala) intención. Por un lado, quiero evitar que el alumnado se relaje y dé las cosas por supuestas. Es muy importante que se den cuenta de que es necesario revisarlo todo y no confiarse. Hay que ser meticuloso y trabajar con rigor: por ejemplo, revisar todos los documentos, ubicarlos correctamente y analizarlos con cuidado. Por otro lado, esta estrategia permite repasar temas que en teoría ya se consideran aprendidos y conectar diferentes partes del programa.

La finalidad de publicar estos materiales es triple. En primer lugar, evidenciar todo el trabajo que han llevado a cabo mis alumnos. Verán que no es poco. Este documento tiene unas trescientas páginas. Y no contiene todos los materiales que hemos utilizado, pues algunos no he querido o no he podido reproducir por distintas razones. Además, hay que tener en cuenta que, para aprobar la asignatura, han tenido que estudiar el contenido teórico, examinarse de él y obtener una nota mínima para que pudiera promediarse con la de evaluación continua.

La segunda razón es compartir estos materiales con quienes estén interesados. Están a disposición de quien quiera utilizarlos, respetando la autoría. Espero que puedan ser útiles a otros docentes —ya sean de Derecho mercantil u otras materias—, a antiguos alumnos que quieran repasar algún contenido, y a futuros estudiantes que deseen adelantarse y descubrir cómo es el profesor que les ha tocado en suerte (o en desgracia). Eso sí, como podrán comprobar, no he incluido las respuestas. Podría haberlo hecho fácilmente, ya que las he tenido que preparar para corregir las distintas tareas realizadas, pero he preferido no hacerlo. Primero, porque probablemente aprovecharé algunos de estos materiales en el futuro. Segundo, porque no quiero que el estudio del Derecho mercantil se convierta en algo parecido al examen del carnet de conducir, en el que la mayoría de los aspirantes repite tests de forma acrítica con el único objetivo de obtener el ansiado título. Aunque pueda parecer pretencioso, aspiro a que mis estudiantes aprendan Derecho mercantil; que no se limiten a memorizar apuntes, vomitarlos en el examen y olvidarlos a las pocas semanas. Por eso, me interesan —y valoro— más los razonamientos que las respuestas.

Tercero, no pasa nada si los estudiantes se equivocan al hacer los ejercicios. Es más, me sorprendería que no lo hicieran. Equivocarse forma parte del aprendizaje. Lo importante es darse cuenta del error, rectificar y aprender. Además, prefiero que se equivoquen ahora, durante sus estudios, y no más adelante, por ejemplo frente a un cliente, cuando ya estén ejerciendo la profesión. Ahora bien, cuando eso ocurra —porque ocurrirá— me gustaría que recordaran que todos nos equivocamos (yo más que nadie) y que lo importante es aprender la lección y minimizar el daño. Y cuarto, porque no descarto una futura publicación en la que se combinen los ejercicios con sus respuestas y que sirva para adentrarse en el Derecho mercantil de forma más práctica.

Por último, y quizá más importante, la publicación de estos materiales me ha obligado a recopilarlos y sistematizarlos, y me servirá para reflexionar sobre todas las actividades que he hecho realizar a mis estudiantes, sobre qué conocimientos, habilidades y competencias han adquirido, qué falta y qué sobra. Creo que esta reflexión es fundamental para mejorar la docencia y que todos los profesores deberíamos llevarla a cabo. Estoy convencido de que ya lo hacemos, aunque quizá no con el grado de atención que merece una tarea tan importante como la formación de un jurista. Pero siempre pensamos en lo que hicimos el curso anterior y en lo que haremos en el siguiente, con el fin de determinar los contenidos, actividades y metodología necesarios para que el alumnado alcance las competencias establecidas en la guía docente. Ahora bien, la publicación de estos materiales ya me ha servido —y me servirá— para tomar mayor conciencia de todos estos aspectos.

La mayor parte de estos materiales está en catalán. No hay detrás ningún animus nocendi. Tengo la gran suerte de ser bilingüe: cometo errores tanto en catalán como en castellano. En casa, con mis padres, hablábamos y seguimos hablando esa lengua; aunque no es, ni de lejos, la de Pompeu Fabra, sino una versión suya llena de barbarismos y errores —los mismos que cometen las personas que forman y han formado parte de mis círculos familiares, afectivos, sociales y profesionales, y que con el tiempo he intentado ir puliendo—. La familia de mi madre es de León, y siempre he hablado con ellos en castellano. Además, es el idioma que ha predominado en mis estudios, desde primaria hasta la universidad. Por ello, he impartido -y sigo impartiendo- docencia en catalán y castellano y me siento cómodo con ambos. Y mis estudiantes no tienen ningún problema en expresarse en cualquiera de las dos lenguas, ni me he visto nunca implicado en ningún conflicto por su uso. Por eso las utilizo en estos materiales —aunque predomina la primera—. También hay algún texto en inglés. Por suerte, las generaciones actuales, si no lo dominan, lo entienden perfectamente o saben encontrar herramientas para entenderlo.

Por último, quiero agradecer a Jordi Santamaria Pons, profesor de Derecho mercantil en la Universitat Autònoma de Barcelona y abogado en ejercicio, su participación en mi docencia. Nos hemos repartido los dos grupos de seminario en los que se dividían los matriculados, y ha llevado a cabo todas las actividades y tareas que se me ocurrían, siempre con buen humor y aportando indicaciones y sugerencias muy valiosas. En conclusión, si Vd es docente y busca ideas, si estudia Derecho mercantil y quiere practicar, si simplemente siente curiosidad por cómo se puede enseñar esta materia en el aula universitaria, puede acceder a los materiales completos aquí: https://ddd.uab.cat/record/317464?ln=es. Y si después de leerlos quiere compartir impresiones, sugerencias o críticas constructivas, estaré encantado de leerlas y reflexionaré al respecto.