El contenido del depósito de la Sala 5 fue recuperado tras doce horas de trabajo ininterrumpido el 11 de marzo de 1995. Debido a las características de este conjunto y a la excepcional conservación de su contenido, no cabe duda de que se trata de uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de las últimas décadas.

Los restos más llamativos correspondían a 10 asombrosos tubitos de madera o de asta de bóvido, provistos de tapaderas de madera o hueso, que contenían abundantes mechones de cabellos.

Destacaban también varias piezas de madera muy bien conservadas, como un magnífico peine en forma de murciélago, al menos cuatro espátulas o cucharastres vasos o tazas admirablemente tallados y pulidos, y diversos bastoncillos. Además, se encontró una cuchilla de bronce, un adorno del mismo material y dos vasijas de cerámica. La mayoría de los objetos ocupaban el mismo lugar donde habían sido colocados originalmente, mientras que otros se habían inclinado o desplazado.

Las detalladas informaciones recogidas durante el cuidadoso trabajo de recuperación del depósito han permitido saber que todo su contenido fue colocado a la vez. Los tubitos de madera y de asta rellenos de cabellos ocupaban una posición central, mientras que los restantes artefactos se disponían a su alrededor, apoyados en las paredes del hoyo.