Gracias a los descubrimientos en la cueva de Es Mussol, se ha constatado una profunda mutación en las creencias de las comunidades prehistóricas menorquinas.

Una de las salas (Sala 3c) más recónditas de la citada cueva funcionó en torno a 1200 como una especie de “santuario”. Se trata de una pequeña estancia alargada y de piso irregular.

En él se han recuperado dos asombrosas tallas de madera con rasgos humanos. Una de ellas representa la cabeza de un individuo masculino de manera muy realista, mientras que la segunda muestra un ser sobrenatural que combina rasgos faciales humanos con dos cuernos, posiblemente de cérvido. El protagonismo simbólico de la talla provista de cuernos indica que la ideología de aquellas gentes había cambiado.

En este sentido, las viejas creencias en un principio renovador de vida, anónimo, femenino y subterráneo, fueron sustituidas por otras en las que el papel dominante recayó en seres sobrenaturales personificados y en individuos de sexo masculino. Así mismo, los resultados de las investigaciones sugieren que la cueva de Es Mussol funcionó como uno de los puntos culminantes de un ritual iniciático, que capacitó a determinados individuos de la comunidad para desempeñar el papel de adivinos, magos o curanderos, es decir, el tipo de cometidos realizados por los chamanes.#link_bar a { padding:10px; font-weight:bold; margin:2px; float:left; text-decoration: none;}<br /> #link_bar a:link { color:#707070; background-color:#ffffb3; }<br /> #link_bar a:visited { color:#909090; background-color:#ffffb3; }<br /> #link_bar a:hover { color:#ffffff; background-color:#CCCCCC; }<br /> #link_bar a:active { color:#f0f0f0; background-color:#00ff00; }<br />